El Estado de Coahuila se acerca a las urnas. El 4 de junio, la entidad elegirá al próximo gobernador entre cuatro candidatos: Manolo Jiménez, por la alianza PRI, PAN, PRD; Armando Guadiana, por Morena; Ricardo Mejía, por el Partido Laborista; y Lenin Pérez, por el Partido Verde, en alianza con la formación local Unidad Democrática de Coahuila. Quien gane las elecciones tendrá que enfrentarse a un Estado que ha sido gobernado durante más de 70 años por el PRI. El legado que recibirá el candidato ganador incluye bajas cifras delictivas frente a las altas de sus vecinos Tamaulipas, Zacatecas o Chihuahua. Pero tendrá que gobernar una entidad con numerosas denuncias contra la policía estatal por abusos, una enorme deuda pública y grandes retos en temas como la crisis migratoria, la búsqueda de 3.200 desaparecidos y el repunte de las adicciones.
Migración a manos del crimen organizado
La migración en Coahuila está regulada por el crimen organizado. Así lo explicó un grupo de migrantes de paso por Saltillo el pasado miércoles. En casi todo el estado, el Cártel del Noreste —una escisión de Los Zetas— opera libremente. La mecánica puede funcionar de dos formas: a través de códigos para moverse libremente o con secuestro. Si una persona quiere cruzar la entidad para llegar a la frontera, puede comprar códigos a los delincuentes por 500 pesos, dice la venezolana Verónica. Estas llaves se utilizan para escapar ilesos cuando son detenidos por grupos de cárteles. Si por el contrario la persona decide intentarlo sin pagar ese dinero, cuando es retenida por los delincuentes, lo más probable es que sea secuestrada, dice el hondureño Jesús, quien vivió un secuestro en carne propia.

“Es nuestro amigo, estuvo aquí con nosotros hace unos días”, dijo otro hondureño mostrando una foto en su teléfono móvil. En la imagen se puede ver a un hombre de rodillas sosteniendo un cartel con la fecha, detrás de él alguien le pone un cuchillo en la garganta. Una vez que el migrante es capturado por el crimen organizado, notifican a las familias en sus países de origen para que puedan enviar dinero. “Piden $6,000”, explicó. Si no pagan, les cae encima la promesa de la muerte. Si entregan la cantidad, pueden ser liberados en suelo estadounidense, dijo el grupo.
Todos los migrantes entrevistados repitieron una idea: quedarse en Saltillo es lo más seguro. Pero dejar la capital del estado puede ser fatal. No solo se enfrentan al crimen organizado, también deben escapar de las fuerzas de seguridad que buscan quitarles lo poco que les queda. Ya en Ramos Arizpe [en el área metropolitana de Saltillo] eres un bocadillo para la policía”, dice Jesús. “La policía municipal y estatal siempre nos para para preguntarnos [dinero]”, agrega Marco, otro migrante hondureño.
El cártel también actúa en connivencia con las autoridades, dicen. Jesús recordó que cuando el Cártel del Noreste lo secuestró en Piedras Negras, en la frontera con Estados Unidos, lo retuvieron en una casa. “La patrulla de Fuerza Coahuila vino como tres veces a la casa, y la primera vez que los vi pensé: vienen a rescatarnos. Pero no, simplemente llegaron, estaban mirando y se fueron.
La última cara de la moneda de los retos que enfrenta el futuro gobernador de Coahuila tiene el rostro de quienes buscan una vida mejor. En medio de la crisis migratoria y tras la eliminación del Título 42 el 11 de mayo, centroamericanos, africanos y asiáticos que llegan a México para cruzar a Estados Unidos se acumulan en la frontera sin un futuro claro a la vista. En el medio, intentan sobrevivir al peligro y evadir las garras del crimen organizado.
Abuso policial y seguridad de cristales
Una de las cosas que más destacaron estos días los asistentes a los mítines de Manolo Jiménez fue la seguridad. Un grupo de personas que fueron a ver al candidato priísta el pasado sábado dijeron a este diario que eligieron al delfín del actual gobernador, Miguel Ángel Riquelme, porque creen que de esa manera la “situación de seguridad” en la que se encuentra actualmente la entidad. Las cifras marcan la clave: mientras Coahuila registró 391 asesinatos en todo el año pasado, los estados vecinos vieron una escalada de violencia: Zacatecas reportó 1.360 homicidios, Chihuahua llegó a 2.059 y Tamaulipas a 1.190, según datos públicos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad. Además, los priistas aseguraron que buscan la continuidad política porque las transiciones suelen traer un aumento de la violencia.

Sin embargo, el PRI también estuvo al mando del Estado a principios de la década pasada, cuando la entidad fue golpeada por una ola de desapariciones y asesinatos a manos del grupo criminal Los Zetas. Varias fuentes que prefieren el anonimato por miedo señalan que en las ciudades del sur, como Torreón o Saltillo, ya no se reportan grandes masacres como antes porque el crimen organizado allí no pelea por ninguna plaza, sino que mantiene un acuerdo con las fuerzas de seguridad . Al menos cuatro personas aseguraron que miembros de la policía estatal son los que ahora venden droga en estos puntos.
Esto se convirtió en un tema de discusión incluso entre los candidatos. Ricardo Mejía ha denunciado en varias oportunidades que el PRI opera un “cartel del vidrio” a través de las fuerzas de seguridad, en referencia a una de las drogas de mayor consumo en el Estado. “Esa seguridad de la que presumen es con alfileres”, apuntó sobre el tema Armando Guadiana en una entrevista con este diario. “Como son un cartel, no quieren que los otros carteles se involucren”, agregó.
Más allá de la venta de drogas, la policía estatal sufrió una avalancha de denuncias en los últimos años por abuso policial. La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila admitió en los primeros cuatro meses de este año unas 507 denuncias por violaciones a los derechos humanos. Mientras que el año pasado recibió unos 1.611. Entre los más destacados están los llamados GATES, el grupo élite de la policía que también está involucrado en acusaciones de estar a cargo de la comercialización ilegal de estupefacientes.
El aumento del consumo de vidrio
Otro de los temas que han tratado los candidatos ha sido el aumento de las adicciones, concretamente en el uso del cristal. Una pareja que prefiere no dar sus nombres, y cuyo hijo acabó enganchado al cristal, contó esta semana a este periódico cómo funciona actualmente la venta. El joven comenzó a frecuentar bares y centros nocturnos donde grupos de policías estatales le vendían este tipo de metanfetamina, aseguran. Una vez enganchado a la droga, decidió ingresar a uno de los centros de rehabilitación de la entidad.
De estas instituciones han salido las últimas estadísticas sobre el tema, que disparan alertas sobre lo que ocurre en el Estado. Los números dibujan cómo ha empeorado el problema. Crystal se convirtió en la droga de impacto más consumida en el estado, por encima del crack, la cocaína o los inhalantes. Otro dato no muy alentador marca puntualmente la evolución de la situación durante el gobierno de Riquelme: el porcentaje de quienes acudieron a los centros asistenciales y dijeron que consumían metanfetaminas pasó del 6,7% en el primer semestre de 2017 al 38,7% a finales de 2022 , según el Sistema de Información Epidemiológica del Consumo de Drogas.
Continuidad en la búsqueda de desaparecidos
Coahuila, al igual que otros estados del norte, se convirtió en una enorme fosa utilizada por el grupo criminal Los Zetas desde 2010. A partir de ahí se formaron grupos de familiares de desaparecidos, de los primeros en todo el país, que se internaron en las montañas y desiertos para buscar a sus hijos, hermanos o padres. El Grupo de Víctimas por Nuestros Desaparecidos en Acción (VIDA) es una de esas organizaciones, que el pasado abril celebró una década dedicada a la búsqueda. Silvia Ortiz, líder del colectivo, expresa su preocupación de cara a las elecciones por la posibilidad de que gane Morena.

Ortiz asegura que su trabajo se ha visto perjudicado por las políticas de austeridad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que implicaron para ellos mayores dilaciones en las investigaciones judiciales —en algunos casos que ya tenían largas demoras— y una lentitud en la identificación de los restos. humanos que se encuentran. La mujer agrega que la eliminación del fideicomiso de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral, que les servía para canalizar recursos para realizar los allanamientos, los ha golpeado significativamente.
El martes pasado, Grupo VIDA realizó un allanamiento en un rancho de Santa Elena, en el occidente del estado, donde encontraron algunos fragmentos óseos que el arqueólogo de la Fiscalía General del Estado que los acompañaba clasificó como “probablemente humanos”. Los restos fueron embalados para ser entregados a la Fiscalía General de la República, encargada de realizar el proceso de identificación. “Quién sabe cuánto tiempo pasará, solo están reconociendo restos que encontramos en 2017”, explicó una madre buscadora del grupo. Y el miedo a los cortes no es en vano. Guadiana, el candidato de Morena, ha adelantado que si gana aplicará la austeridad republicana impulsada por el presidente.
La deuda y las Moreiras
Coahuila es uno de los estados más endeudados del país, en cuanto a la relación entre deuda y economía. El próximo gobernador tendrá que lidiar con una deuda que supera los 38.121 millones de pesos. Esto se traduce en la pérdida del 13% de los ingresos de la entidad, que se utiliza para pagar esa deuda, según las estimaciones de varios analistas. Este desfase de las finanzas públicas ha sido uno de los dardos que los candidatos de Morena y PT han utilizado contra el PRI durante la campaña. Una de las propuestas de Mejía, del PT, ha sido crear una comisión especial para investigar a los hermanos Rubén y Humberto Moreira, dos exgobernadores priistas a los que se acusa de haber saqueado el Estado y haberlo hundido en una deuda millonaria.

“Mi lucha es contra moreirato corruptos, mi propuesta es meter presos a los gobernadores que saquearon Coahuila, como Humberto y Rubén Moreira”, dijo el candidato del PT este jueves en un video en Twitter. Guadiana, por su parte, ha propuesto abrir los clasificados de la deuda para poder entender realmente qué pasó. Lo que se sabe es que Humberto Moreira adquirió irregularmente en su Administración (2005-2011) una deuda pública por casi 36.000 millones de pesos. La Fiscalía del Estado abrió una investigación durante el Gobierno de su hermano (2011-2017), pero finalmente fue sobreseída. “Vamos a castigar a los culpables de la megadeuda y de todos los robos que hicieron”, ha prometido la candidata de Morena.
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