Alejandro Fernández: “Ser hijo de Vicente Fernández me ha pesado mucho”

Alejandro Fernández, el Potrillo, el hijo del último rey del mariachi, la voz de México, regresa a los escenarios españoles después de cinco años. La gira, que comienza el 17 de junio en el WiZink Center de Madrid, pasa también por Fuengirola (Málaga), Almería, Sevilla, Barcelona, ​​Torrelavega (Cantabria) y finaliza el 1 de julio en Santa Cruz de Tenerife (está organizada por Planet Events, sociedad participada por el Grupo Prisa, editor de EL PAÍS). Las entradas ya se pusieron a la venta y el cantante mexicano dice que está “con muchas ganas” de volver a España. “Estoy feliz de volver. El público español es muy especial, muy cálido, muy cariñoso y sobre todo muy fiel”, dice por videollamada desde Argentina, donde ha dado uno de sus últimos conciertos, “cuando salgo [de México]la gente es más efusiva porque no es su música regional, cada cierto tiempo voy y hacemos una fiesta mexicana espectacular en el escenario”.

La ruta española forma parte de una larga cadena de conciertos con los que Fernández (Guadalajara, México, 51 años) recorrerá Estados Unidos y casi una decena de países latinoamericanos. Una de sus citas más recientes, en el festival de Viña del Mar en Chile, terminó en polémica. Vestido con traje de charro, sombrero, botas y chamarra, el artista mexicano brindó un recital de 90 minutos, por el cual ganó la Gaviota de Oro y Plata, otorgada por el jurado. Una de las canciones de ese repertorio era Mátalos. La letra del tema, que dice en una de sus estrofas “cógete un arma si quieres o cómprate un puñal si lo prefieres y conviértete en un asesino de mujeres”, causó indignación en Chile, donde incluso un exministro salió a protestar por la elección.

Tras la polémica, el compositor de la canción, Manuel Eduardo Toscano, dijo a este diario que había decidido cambiar una parte de la letra (que quedaría como “si quieres gozar de sus placeres, trata de complacerlo en sus deseos, trata de darle todo lo que quieras y conviértete en un asesino de mujeres”) y que ya se lo había enviado a Fernández actualizado. Preguntado por EL PAÍS, afirmó que iba a seguir cantándola: “Tengo que defender mis canciones porque son como mis hijos. Creo que no hay nada malo con la canción. Lo que nos impacta es la palabra [mátalas]. Yo digo, pues sí, pero luego le quitas la picardía, le quitas todo el chiste a la canción. No sé, estamos trabajando en eso, a ver… Es uno de los mayores éxitos que he tenido en mi carrera, curiosamente, una de las canciones que más corea el público. Hay muchas opiniones encontradas”.

El cantante mexicano Alejandro Fernández, durante un concierto.
El cantante mexicano Alejandro Fernández, durante un concierto.ANIMADURA

Después de 30 años sobre los escenarios, El Potrillo está acostumbrado a navegar por la polémica. Se ha convertido en una de las figuras musicales más exitosas de América Latina a pesar de los escándalos que lo acompañan desde hace años. Hijo del cantador Vicente Fernández, nació con los focos apuntándole. Tenía cinco años la primera vez que cantó frente a 15.000 personas. Se congeló bajo un sombrero gigante y tras bambalinas apareció su padre como un toro bravo para rescatar a su pequeño con la carta.

A la edad de 18 años, tuvo que decidir si quería o no seguir los pasos del Rey. Dudó por un tiempo, en el que estudió arquitectura, pero los éxitos estaban encadenados a él. De su primer disco, en 1992, titulado Alejandro Fernández, le compraron la misma cantidad de ejemplares que tenía su padre en ese momento. Desde entonces ha vendido más de 35 millones de discos, ha ganado dos Latin Grammy, tiene su estrella de la fama en Hollywood y un día propio en Las Vegas, donde el 15 de septiembre fue declarado día de Alejandro Fernández.

Nunca fue a clases, aprendió viendo a su padre, quien falleció en 2021. Imitaba todo de él —la pose, la colocación de la voz, la respiración— para luego poder distanciarse y crear su propia marca, más lejos de las rancheras y más cerca del pop. Siempre fue Alejandro a la sombra de Vicente. “Bastardo, ¿por qué quieres que sea una copia tuya?” Se lo dijo a su padre en una ocasión.

—¿Qué tan pesado ha sido llevar el apellido Fernández?

“Es pesado, es pesado. Pero como dice el refrán: si la vida te da limones, haz limonada. Saca lo bueno de lo malo. Para mí fue muy pesado porque sus ojos estaban sobre mí, me miraban con una lupa. vidrio en todo lo que hice, siempre estuve en el ojo del huracán, pero, al mismo tiempo, como él tenía todos esos ojos puestos en mí, trató de dar el 200% y hacer mi mejor trabajo para que el público vea eso Lo hacía por amor y cariño a esta carrera, y no por algún otro interés.

La voz de Alejandro Fernández se ha pegado a la historia de la música en México. Han pasado tres décadas y el autor de Como quien pierde una estrella Sigue llenando todas las arenas. “Mi padre me decía que siempre hacía las cosas con mucha transparencia y lealtad, creo que eso es todo en la vida. Mientras hagas las cosas con amor y profesionalismo, la gente te abrirá los brazos. Entonces nos está dando retroalimentación, lo aplaudo a él y al público por mis canciones”, dice. El último tema de ella, Inexperto en olvidartees el anuncio de un nuevo disco, con el que habrá 25.

Ahora, Fernández ha cambiado de rol para convertirse en padre. Este año se le ha visto por muchas plazas acompañado de su hijo Álex, de 29 años, que quiere convertirse en la tercera generación de la familia Fernández. “Siento que tengo una obligación. Tal como me enseñó mi padre, no puedo fallarle a mi hijo y tengo que hacer lo mismo. Mi padre dio su vida por mí. Voy a hacer lo mismo. Lo apoyaré hasta el final y lo hago porque sé que tiene talento”. De momento, dice, no se piensa que también vaya a España: “Me estará acompañando en las presentaciones que haga en los palenques más importantes de México. Pero para España todavía no hay planes, podemos hablar de ello. No estaría mal, me interesaría mucho si lo fuera, que mejor destacar que una presentación junto a mí para abrir un mercado tan importante como el español”.

Mirando hacia atrás, el artista explica que se siente como alguien que ha llegado al descanso después de subir unas duras escaleras: “Estoy en un momento privilegiado, en un punto de madurez increíble, me siento muy bien físicamente, me he concentrado mucho retomar el ejercicio, empezar a comer de forma equilibrada, dejar los malos hábitos y retomar los buenos, dormir mis horas, descansar bien”. Y confiesa: “Eso es algo que tengo que agradecer a Dios, que me ha permitido llegar a mis 50 años tal como estoy ahora mismo, lleno, pero siento que estoy en una plataforma, donde estoy tomando un respiro”. para impulsar y subir al otro piso”.

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