Apolonio Ramírez Salinas, empresario hotelero y padre del secretario de Turismo de Guerrero, Santos Ramírez Cuevas, fue hallado muerto este miércoles con huellas de golpes y torturas en un baldío de la colonia La Mira, en Acapulco, muy cerca del puerto más turístico. . La Fiscalía del Estado ha confirmado que el cuerpo fue arrojado desde un coche en marcha en esa zona de la ciudad, caracterizada por la violencia que viven sus habitantes, pese a estar cerca de uno de los puntos neurálgicos de la ciudad.
Evelyn Salgado Pineda, la gobernadora de Guerrero, ha expresado sus condolencias a Santos Ramírez Cuevas, su secretario de Turismo, en un comunicado por la muerte de su padre. El sector hotelero de Acapulco también ha manifestado su apoyo a la familia Ramírez y su dolor por el fallecimiento del magnate hotelero. Aunque el cuerpo fue encontrado el miércoles, su identidad no fue revelada hasta la tarde del jueves, cuando la Fiscalía informó sobre el asesinato.
La zona fue acordonada por carabineros y personal de la Fiscalía llegó al lugar para realizar las investigaciones correspondientes. El cuerpo fue trasladado luego a las instalaciones del Servicio Médico Forense, según informan los diarios locales, donde finalmente fue identificado. Las autoridades no han brindado mayor información al respecto. Las pistas apuntan a un acto de delincuencia organizada, pero se desconoce el móvil del ataque.
La violencia en la ciudad es un flagelo que las autoridades no han logrado detener. Hace apenas dos meses, en plena Semana Santa, las autoridades informaron de la muerte de una mujer tras recibir varios disparos. Estaba en la playa, en Playa de Hornos, una de las más grandes y concurridas de Acapulco. Unos meses antes, los turistas se sorprendieron al encontrar, una buena mañana, tres cadáveres que habían sido arrastrados a la playa por la corriente.
Poco después, el 12 de mayo, el periodista Gerardo Torres Rentería fue encontrado muerto. Un reportero veterano de 59 años, el hombre fue atacado durante la noche. Los atacantes huyeron en un vehículo y defensores de derechos humanos volvieron a tomar las calles para protestar por la violencia en una de las ciudades más violentas del mundo, y que no ha podido desescalar la situación a pesar de las estrategias estatales y la llegada de más personal de las fuerzas de seguridad.
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