Chichén Viejo, el edificio más antiguo de Chichén Itzá, abrirá sus puertas al público el 2 de septiembre, así lo anunció Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Durante la jornada informativa también mostraron los hallazgos encontrados en la zona arqueológica: una ofrenda con cinco vasijas y una decoración en forma de ave. Chichén Viejo, cuya ocupación comenzó en el siglo V, está conformada por veinte estructuras en las que se presume llegaron a vivir los antiguos gobernantes con sus familias, y se encuentra 800 metros al sur del famoso edificio de las Monjas.
Chichén Viejo es parte de la ciudad que precedió al gran complejo de Chichén Itzá. Las autoridades del INAH están trabajando en un museo y un centro de atención al visitante para atender a los turistas que llegan a esa zona. El avance de la construcción está entre 35% y 24%, aseguró el director. Las excavaciones realizadas en la parte antigua del conjunto han permitido descubrir nuevas estructuras como el Templo de la Serie Inicial, el Palacio de los Falos, la Casa de los Caracoles o la Galería de los Monos.
La antigua ciudad maya está dividida en ocho estructuras, cuatro andenes, varios vestigios habitacionales, un muro con seis entradas y una tumba en la que fue enterrado un gobernante o personaje de la élite de la época. Se sabe que perteneció a la dinastía Canules. La Estructura de los Estucos son los restos de un edificio residencial que data del año 600 y es el más antiguo del conjunto. En el Templo de las Columnas Atlantes destaca la base con la figura del Chac Mool y dos columnas talladas como los atlantes, figuras antropomorfas características de la cultura maya.
El 30 de diciembre, la administración de Chichén Itzá anunció la llegada de 2.5 millones de visitantes, y se convirtió en el enclave prehispánico más visitado de México ese año. Sin embargo, su éxito no está exento de problemas. Entre los turistas, los comerciantes y la construcción del Tren Maya, la zona arqueológica se vuelve noticia por mucho más que su historia y sus descubrimientos. Un turista subió más de 90 escalones del templo de Kukulcán en noviembre. “¡Cárcel, cárcel!” Algunas personas corearon. Los turistas más responsables estaban tan enojados que cuando él bajó comenzaron a rociar a la mujer con agua y casi la golpean.
La comunidad indígena de la zona tampoco está contenta con la administración de Chichén Itzá. Cientos de personas bloquearon con llantas y piedras el acceso a la antigua ciudad maya para exigir la destitución de Marco Antonio Santos Ramírez, director del área desde 2014. Los habitantes lo consideran responsable de todos sus males: los comerciantes no pueden vender sus artesanías, se les niega la entrada a los guías turísticos y los campesinos no pueden sembrar en tierras que históricamente han sido suyas. Pese a todo, el enclave turístico sigue atrayendo cada año a millones de personas de todo el mundo.
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