América Latina se asienta en una profunda crisis de confianza en los Gobiernos y sus líderes. Una encuesta global realizada por la consultora Edelman, que será presentada el próximo martes en un foro conjunto con EL PAÍS, muestra que los cuatro países más poblados de la región, Brasil, México, Colombia y Argentina, sufren un importante deterioro en el percepción que tienen los ciudadanos de los Ejecutivos y sus principales líderes políticos. Este ciclo de desconfianza se agudizó en 2022 y continúa hoy y, aunque el barómetro de este año registra un ligero repunte, las Administraciones continúan colocándose entre las instituciones menos valoradas, con una media del 37%, seguidas de los medios de comunicación, que incluyen redes sociales y se sitúan en un 45%. La lista la encabezan, por otro lado, las empresas y las organizaciones no gubernamentales (ONG), que representan respectivamente el 64% y el 60%.
El caso de Argentina es sangriento. Sólo el 20% de la población confía en el gobierno. El país sudamericano afronta elecciones presidenciales el próximo octubre y el mandatario, Alberto Fernández, acaba de dar un paso atrás, renunciando a su candidatura. La crisis económica y la inflación (que en marzo registró el dato más alto desde la crisis del corralito en 2002) determina la dinámica política y también incide en el clima de desconfianza. La encuesta recoge, a tal efecto, un derrumbe del llamado “optimismo económico”. Es un fenómeno global, con una caída de 17 puntos respecto al año pasado, del 71% al 54%, y 24 de los 28 países analizados en mínimos históricos. América Latina no es la excepción y en Argentina solo el 43% de los encuestados cree que su situación y la de sus familias mejorará dentro de cinco años.
Este horizonte no difiere mucho en Brasil y Colombia, donde los ciudadanos que miran con confianza al Gobierno representan el 40%, que en todos los casos ha dado señales de mejora tras las últimas elecciones. Las imágenes del ataque golpista de una multitud de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro a la sede de los tres poderes del Estado el 8 de enero son el ejemplo más reciente del desafío que enfrenta Brasil y la responsabilidad que tiene hoy el Ejecutivo de Luiz Inácio Lula. da Silva para tejer una nueva relación con la población. Mientras tanto, en Colombia Gustavo Petro, quien asumió el cargo hace menos de nueve meses, intenta iniciar un nuevo ciclo con un paquete de reformas estructurales ambiciosas. No basta con que la mayoría de los colombianos perciba un acercamiento de la Administración, aunque en el país andino la institución que sale peor parada, según la encuesta, son los medios de comunicación.
En México, el porcentaje de personas que confían en el Gobierno es mayor y se sitúa en el 47%, aunque la brecha con otros referentes sociales es significativa. El 71% de los mexicanos prefiere confiar en las empresas y el 68% en otro tipo de organizaciones como las ONG. El caso del país norteamericano es, en cambio, una excepción, ya que a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes y fuera de este barómetro, los estudios de opinión suelen atribuir mucho menos desgaste a la popularidad del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ha entrado en la recta final de su mandato con altos índices de popularidad.
Líderes políticos, periodistas y CEO
La tendencia general a la desconfianza también se refleja en otra pregunta del estudio, que incluyó alrededor de 1.150 participantes en cada país. En América Latina, solo el 26% de los encuestados confía en los líderes gubernamentales, una cifra similar a la del año pasado. Los periodistas tampoco aprueban y se mantienen en un 40%, mientras que los científicos lideran el ranking con un 79% y, en línea con la buena reputación de las empresas, el 65% confía en los altos ejecutivos o directores generales de sus propias empresas. Por otro lado, el hecho de que incluso un entorno social como los ciudadanos o el más cercano como la comunidad o los vecinos genere confianza en la mitad de la población es revelador del entorno político y la polarización.
El círculo vicioso de la desconfianza y la polarización
Una de las consecuencias de este cóctel de factores es un clima de profunda polarización. Según el estudio de Edelman, hay cuatro fuerzas que contribuyen a profundizar la brecha. Se trata de pesimismo sobre el futuro de la economía; el “desequilibrio institucional” que hace, por ejemplo, que las empresas y las ONG sean las únicas instituciones percibidas en América Latina como “éticas y competentes”, en las antípodas de los gobiernos; la división de clases y la llamada “lucha por la verdad” en los medios, que “hoy no generan los mismos niveles de confianza, las redes sociales son particularmente desconfiadas”.
La polarización se percibe con especial virulencia, una vez más, en Argentina. El país encabeza la clasificación seguido de cerca por Colombia, Estados Unidos, Sudáfrica, Suecia y España. Es decir, su población no sólo reconoce las profundas divisiones existentes, sino que muestra resignación ante la posibilidad de superarlas. Brasil y México se ubican en una franja de riesgo de “polarización severa”, junto con, por ejemplo, Reino Unido, Alemania, Francia o Italia. Entre las principales causas de la polarización, los encuestados ven a “los ricos y poderosos”, los “gobiernos extranjeros hostiles” y los “líderes gubernamentales” como una “fuerza divisoria”. En cambio, la mayoría percibe a los maestros como una “fuerza unificadora”. Y en este sentido hay un hecho particularmente significativo. Solo el 32% de los latinoamericanos estaría dispuesto a ayudar a una persona que no está de acuerdo con ellos o con su punto de vista. Y alrededor del 80% preferiría no tenerlos como vecinos o trabajar con ellos.
miedos sociales
Los miedos sociales son otro de los factores que profundizan la polarización que, a su vez, actúa a la inversa, agudizando esos mismos miedos. La principal preocupación en América Latina es la violencia, específicamente la violencia en las calles, que el 65% identifica como el principal grifo de la polarización. La región atraviesa una crisis de seguridad que va desde México hasta Chile, impacta en la conversación pública y debilita a los gobiernos. Aun así, el segundo tema señalado como motivo de división es otro de los grandes temores, la economía y la lentitud del desarrollo (50%), seguida de la incapacidad para afrontar los retos sociales, los prejuicios y discriminaciones, y las finanzas personales. Un tema central del debate político en muchos países, como es “el fin de la democracia”, en cambio, apenas ocupa el octavo lugar.
OMS e información
La crisis de confianza también afecta a los grandes organismos multilaterales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es considerada a nivel mundial como la organización más confiable, por encima de las Naciones Unidas en general (cuya confianza está disminuyendo en 21 países) y la Unión Europea. La publicación de estos datos coincide con el tercer aniversario de la pandemia de covid-19, que en abril de 2020 se encontraba en plena fase de expansión por todo el mundo. En ese momento, la demanda de información fiable y rigurosa se convirtió en una necesidad urgente y, con estas premisas, el barómetro de Edelman refleja que los medios menos fiables son, con diferencia, las redes sociales, mientras que los que se perciben como más fiables son los motores. búsqueda, seguida de los medios tradicionales.
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