El ministro de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha manifestado su desaprobación ante la decisión de Estados Unidos de aplicar un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio de diversos países, México entre ellos. En la conferencia matutina del Gobierno mexicano este jueves, Ebrard describió esta acción como “una idea desafortunada” debido al posible impacto negativo en las industrias de ambos países, considerando la fuerte interdependencia económica que define la relación comercial entre México y Estados Unidos.
“La vinculación entre México y Estados Unidos es sumamente significativa. Somos las dos economías más entrelazadas. Por lo tanto, al imponer un arancel, claramente esto perjudicará a numerosas industrias,” señaló Ebrard, resaltando la importancia de salvaguardar las cadenas de suministro que favorecen a ambas naciones. En consecuencia, el secretario anunció que este viernes se iniciarán consultas con las empresas mexicanas de sectores fundamentales, como el acero, el aluminio y el automotriz, con la meta de crear una estrategia conjunta ante los aranceles anunciados.
Preparativos para la reacción de México
Preparativos para la respuesta mexicana
“Realizaremos consultas para que, basándonos en lo que comunique el Gobierno de Estados Unidos y lo que consigamos para el 2 de abril, podamos implementar otras acciones para proteger nuestras empresas o intentar que dichas tarifas sean reconsideradas”, especificó Ebrard. No obstante, el secretario enfatizó que no se adoptarán decisiones apresuradas, ya que lo primordial es actuar estratégicamente y prevenir cualquier acción impulsiva que pudiera ocasionar más complicaciones.
“Vamos a hacer consultas para que más adelante podamos, en función de lo que anuncie el Gobierno de Estados Unidos y lo que logremos hacia el 2 de abril, tomar otras medidas para defender nuestras empresas o tratar de lograr que esas tarifas sean revisadas”, detalló Ebrard. Sin embargo, el secretario aclaró que no se tomarán decisiones precipitadas, ya que la prioridad es actuar de manera estratégica y evitar cualquier medida intempestiva que pueda generar mayores complicaciones.
Aparte de las consultas internas, Ebrard resaltó que el gobierno mexicano está en contacto diario con las autoridades estadounidenses para tratar este asunto. Como parte de estos esfuerzos, el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, se desplazó este jueves a Houston para encontrarse con funcionarios estadounidenses y buscar posibles soluciones al conflicto comercial.
Ebrard subrayó que la meta principal de México es conseguir condiciones beneficiosas que resguarden los empleos y las compañías mexicanas, al tiempo que se preserva la competitividad de la región de América del Norte. “México posee una relación de integración singular con Estados Unidos, una particularidad que debemos utilizar a nuestro favor para negociar la mejor situación posible”, aseveró.
Sheinbaum: “Los aranceles no benefician a nadie”
Sheinbaum: “Nadie gana con los aranceles”
“La colaboración productiva entre México y Estados Unidos permite que las empresas estadounidenses que invierten en México generen el triple de empleos en su país de origen”, comentó Sheinbaum. La presidenta reafirmó su compromiso de preservar el tratado comercial entre ambos países y de colaborar conjuntamente para competir como región a nivel global.
Repercusiones y acciones futuras
Impacto y próximos pasos
Los aranceles al acero y aluminio representan un desafío significativo para la relación económica entre México y Estados Unidos. Las industrias afectadas, como la siderúrgica y la automotriz, podrían enfrentar aumentos en los costos de producción, lo que eventualmente se trasladaría a los consumidores finales. Por esta razón, la respuesta del gobierno mexicano será clave para mitigar los efectos de esta medida y garantizar la estabilidad económica de los sectores involucrados.
La fecha límite del 2 de abril será decisiva para determinar las acciones que tomará México frente a los aranceles. Mientras tanto, el gobierno de Ebrard y Sheinbaum apuesta por la combinación de consultas internas, diálogo internacional y firmeza estratégica para proteger los intereses del país y mantener la competitividad en un contexto comercial cada vez más complejo.
En este contexto, queda claro que la relación comercial entre México y Estados Unidos enfrenta uno de sus mayores retos en los últimos años. La forma en que ambos países manejen esta situación no solo impactará a las industrias directamente afectadas, sino que también sentará un precedente para futuros conflictos en el marco del tratado comercial que une a las dos naciones.