El INAH advierte sobre la venta de un “terreno con pirámides y ruinas” en Yucatán

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) alertó sobre la venta de un “terreno con pirámides y ruinas” en Yucatán. El anuncio, difundido en redes sociales y portales inmobiliarios, pedía 18 millones de pesos por el inmueble y mostraba imágenes de construcciones mayas cubiertas de vegetación. Pero en México, el patrimonio arqueológico está protegido por ley desde 1972 y no puede ser comercializado. El INAH ha iniciado acciones judiciales y administrativas contra los propietarios de los terrenos y el anuncio ha sido retirado de circulación.

Un “informe ciudadano” puso en alerta a los arqueólogos del centro del INAH en Yucatán. El anuncio de internet decía que “la propiedad tiene pirámides”, que “la mayor parte de la propiedad es plana”, que el rancho “está ubicado a diez minutos de [la zona arqueológica] Uxmal” y que además cuenta con potreros, pozos y paneles solares. Todo, casi 250 hectáreas, por 18 millones (unos 993.000 dólares) de pesos “a tratar”. El delegado del INAH en el Estado, Arturo Chab, inició entonces acciones judiciales y administrativas “para la salvaguarda del patrimonio cultural”.

Parte del rancho que se ha puesto a la venta.
Parte del rancho que se ha puesto a la venta.lamudi

“Todo el mundo en México sabe que los monumentos arqueológicos no son susceptibles de actos de comercio”, dijo Chab a EL PAÍS por teléfono. La Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, de 1972, establece que estos vestigios “son propiedad de la nación, inalienables e imprescriptibles”. “Al contar con este tipo de protección, no pueden ser objeto de actividades comerciales de ningún tipo”, agrega. “La propiedad de la tierra corresponde a la propiedad privada, sin embargo, los monumentos arqueológicos, por su naturaleza jurídica, son propiedad de la nación”, insiste.

Chab agrega: “No estamos en contra de que el propietario realice actos de transferencia de dominio de la propiedad. Estamos en contra del uso de los monumentos arqueológicos para la comercialización”. Según el arqueólogo, al prometer una “tierra con pirámides y ruinas”, el anuncio estaba haciendo “publicidad engañosa”. Luego, el instituto se comunicó con el propietario del rancho, que ha sido propiedad de la misma familia durante 30 años. Aseguró que “es consciente de que los monumentos existen y que no se pueden vender” y culpó a los agentes inmobiliarios de la oferta.

Estos días, los arqueólogos han visitado el exterior del inmueble para realizar inspecciones y se han puesto en contacto con algunas de las personas que denunciaron el aviso “para que faciliten más información”. En los próximos días, los expertos seguirán visitando la zona “para que las actividades no pongan en riesgo el patrimonio cultural”. Chab también ha dado aviso a la Guardia Nacional “para que realice las inspecciones que estime pertinentes”. El organismo cuenta con un grupo de agentes encargados de la protección del patrimonio.

Parte de los monumentos arqueológicos de la estancia.
Parte de los monumentos arqueológicos de la estancia.lamudi

“De las primeras investigaciones se puede deducir que el sitio que se encuentra dentro de ese polígono está registrado previamente por el INAH desde los años 70”, dice Chab. El arqueólogo explica que el sitio de Xkipché fue una ciudad construida por los mayas y “destaca por tener una arquitectura puuc en pie”. El área ha sido investigada “desde los años 90” por el instituto y por universidades nacionales y extranjeras. “Es un lugar donde tenemos estructuras monumentales, de más de cuatro metros de altura. Tiene una plaza y en ella confluyen varios edificios que forman una pequeña acrópolis. Aunque no es un sitio monumental, como Uxmal, tiene valor de patrimonio cultural”, explica Chab.

El complejo está ubicado en el municipio de Santa Elena, al sur del Estado de Yucatán, en el Caribe Mexicano. Muy cerca, a 10 kilómetros, se encuentra el asentamiento de Uxmal, que es el sitio más representativo de la arquitectura Puuc, construido entre los años 600 y 900 d.C. Este complejo fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. El arqueólogo destaca que “lo más interesante de esta situación” ha sido “la reacción inmediata de la ciudadanía”: “Esto nos habla de una conciencia colectiva de protección y salvaguarda del patrimonio cultural”.

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