El misterio de las baterías marca Segalmex vendidas en tiendas en Polonia

El misterio de las baterías marca Segalmex vendidas en tiendas en Polonia

En un supermercado Carrefour de la ciudad de Varsovia, en Europa del Este, se venden paquetes de ocho baterías de la marca Segalmex a 9,99 zlotys, equivalentes a 43 pesos mexicanos. Esas baterías tuvieron que cruzar el Atlántico y recorrer más de 10.000 kilómetros desde México —quizás en avión, barco, tierra o todo junto— para llegar a Polonia, país que en el siglo XX estuvo ocupado por soviéticos y nazis y que hoy es gobernado por un presidente ultraconservador, Andrzej Duda. Baterías mexicanas que de alguna manera llegaron al país natal del Papa Juan Pablo II, Marie Curie, Joseph Conrad, Zygmnut Bauman y Ryszard Kapuscinsk. El nombre que llevan estas baterías, Segalmex, hace referencia a Seguridad Alimentaria Mexicana, la tienda de abasto social creada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para vender productos a precios bajos a los más pobres. La aparición en una ciudad europea de baterías que deberían llegar a las comunidades marginadas de México es una muestra más de la enorme corrupción que carcome a la institución obradorista, que durante los primeros tres años del sexenio estuvo dirigida por Ignacio Ovalle, un amigo del presidente.

Esta historia trata de un producto que Segalmex compró a finales de 2019 a una empresa nacional, Tempoel México SA de CV, por alrededor de 15 millones de pesos. La adquisición se realizó a través de Diconsa, subsidiaria de Segalmex, como parte del Programa de Abastecimiento Rural. En marzo de ese año, el gobierno mexicano había decidido que las pilas debían ser consideradas un producto de consumo básico, junto con alimentos como la carne, los lácteos, los granos, la harina, el pan y las conservas. Tempoel —filial de la transnacional española Tempel Group— no entregó el monto total de las baterías a la dependencia gubernamental, a pesar de que Segalmex hizo el pago completo por adelantado, según auditorías internas a las que ha tenido acceso EL PAÍS. El proveedor mexicano ha confirmado a este periódico que, en efecto, no entregó la totalidad del pedido, pero culpó a Segalmex de detener la recepción del producto y obligarla a mantenerlo almacenado en sus almacenes con la fecha de caducidad en puerta.

Las baterías vendidas en Varsovia son comercializadas en países europeos por la empresa polaca Maxx10Group Sp. Zoo, según confirma este periódico. La empresa está ubicada en la localidad rural de Lazy y se dedica a la compra masiva de bienes en stock, es decir, productos que terceros tienen disponibles en sus almacenes. En un portal de venta mayorista por Internet, la empresa afirma que tiene 40.000 «juegos» de baterías a un precio unitario de 0,2 euros, unos cuatro pesos mexicanos.

No está claro si Segalmex intercambió directamente las baterías con Maxx10Group o si la empresa polaca las obtuvo de Tempoel. Este periódico envió un correo electrónico a Maxx10Group para preguntar con quién hicieron el negocio desde México para comprar el producto, en qué fecha y cuánto pagaron, pero no respondieron a la solicitud. Segalmex se ha distanciado de la transacción argumentando que no tiene facultades ni un área comercial dedicada a las ventas al exterior. Por su parte, Tempoel ha asegurado que tampoco vendió el resto del producto en sus tiendas. Ni el organismo gubernamental ni la empresa han iniciado investigaciones internas en sus respectivas áreas para determinar cómo han aparecido las baterías de Segalmex en el mercado europeo, según respuestas a preguntas de EL PAÍS.

La puerta de una tienda Carrefour en Varsovia (Polonia).
La puerta de una tienda Carrefour en Varsovia (Polonia).WOJTKEK RZAZEWSKI (NOTICIAS DE BLOOMBERG)

El origen de las pilas.

Segalmex y Tempoel México cerraron un acuerdo el 23 de septiembre de 2019 para la compra de 14.8 millones de pesos sin IVA en baterías. Esto se tradujo en 1.191.527 piezas de diferentes modelos. Según ha dicho la empresa a este diario, el contrato fue firmado por Xavier Sambola Franco, quien dirigía la empresa en ese momento, y Manuel Lozano, quien era director comercial de Segalmex y está siendo investigado por la Fiscalía General de la República por otro caso de corrupción. . La mayor parte del pedido fueron cajas de pilas D, un modelo de petacón que normalmente se usa para linternas. Pero también compraron los modelos más usados ​​para radios y controles remotos, AA y AAA, y uno menos común, como la pila C, una pieza cuadrada que se usa para juguetes y videoconsolas.

Del total de productos pagados por Segalmex, la empresa entregó menos de la mitad. El resto se convirtió en un punto de discordia entre Pemex y Tempoel. El organismo gubernamental ha asegurado a este medio que solo recibió el 39,73 % de los productos pagados, equivalentes a 5,9 millones de pesos, y que el resto es el 60,23 %, unos 8,9 millones de pesos en pilas.

El proveedor mexicano contradice las cifras de Segalmex y asegura que la cantidad no despachada es menor. “A pedido e instrucciones de Diconsa se entregó todo el material según lo acordado, excepto una parte que nos dijeron que por espacio en sus almacenes no se entregaría hasta que nos dieran las instrucciones”, explicó un representante de la empresa. Por correo electrónico. Según esta versión, intentaron despachar lo que faltaba, pero Segalmex no quiso aceptarlo y aún lo tienen guardado en una bodega. De hecho, según la empresa, se habían pactado cinco entregas del producto a la paraestatal, pero ni siquiera pudieron completar la primera. “La interrupción de este suministro nos ha causado una abarrotar de aproximadamente 150.000 dólares y que teníamos que haber suministrado cuando recibimos un nuevo pedido, una vez entregado todo el primero”, puntualizó.

Las razones por las que no se cumplió con el despacho total del producto son diferentes según de cuál de las partes se hable. “Durante la vigencia del contrato, Tempoel presentó incumplimientos a las condiciones pactadas. Esto motivó a Diconsa a dejar de recibir las baterías. Desde febrero de 2022, la Dirección de Asuntos Jurídicos ha emprendido acciones legales contra Tempoel por su incumplimiento”, señaló Segalmex. La empresa ha respondido: «No nos han aceptado en varias ocasiones que hemos intentado entregarles su material». “Esta fue la única compra-venta que tuvimos con Diconsa, a pesar de que teníamos un programa anual de cinco entregas que no se cumplieron (solo se hizo esta entrega)”, agregó.

Un fraude estructural

En diversos controles internos se registraron irregularidades en la compra de estas baterías. Un análisis realizado por Segalmex en 2022 revisa unos 120 pedidos realizados en los primeros dos años de operaciones a través de compras centralizadas, mecanismo que se puso en marcha con la unificación de Diconsa y Liconsa bajo el manto de Segalmex y que dio el control total. de las adquisiciones al titular de la Unidad de Administración y Finanzas, quien en ese período era René Gavira, acusado por la Fiscalía de cometer diversos actos de corrupción en la unidad. De acuerdo con el documento, del total de dinero gastado en productos de la canasta básica, unos 1,094 millones de pesos, Segalmex recibió alrededor del 90%. El 10% restante eran productos por los que pagaron pero nunca recibieron.

Bajo la dirección de Ignacio Ovalle, Segalmex comenzó a utilizar un concepto llamado «recepción legal», una figura inusual en la administración pública que implicaba que la agencia pagaba a los proveedores la totalidad de los contratos, pero las empresas se quedaban con los productos hasta que la agencia los solicitará. Esta práctica llevó a que los proveedores no entregaran el 100% de lo que se les había comprado, ocasionando daños al erario público. Entre los contratos que entraban en esta categoría se encuentran, además de pilas, compras de champú para piojos, gelatina, chocolate, café o carne deshebrada.

Una nota informativa interna de Segalmex explica que “derivado de los grandes volúmenes de artículos de las compras consolidadas, que se adquirieron en el último trimestre de 2019 y principios de 2020, se generó el siguiente problema: varios proveedores no entregaron los artículos en su totalidad , se compraban artículos que no eran solicitados por las comunidades, se convertían en artículos de lento movimiento y en muchos casos artículos en mal estado”.

Algo similar sucedió con las baterías. Las refacciones que Segalmex sí recibió de Tempoel fueron distribuidas en 43 unidades operativas a lo largo del país. Pero muchos de ellos nunca se vendieron y cayeron en mal estado. Por ejemplo, en una investigación realizada en 2020, la Auditoría Superior de la Federación encontró paquetes con 13,480 baterías vencidas en una bodega en Villahermosa, Estado de Tabasco.

Caducadas, tiradas en almacenes, perdidas en mercados extranjeros a miles de kilómetros de distancia, el grueso de las baterías, cuya compra supuso gastar millones de dólares en dinero público, no llegó a las manos a las que debía llegar, las de los más pobres. en Mexico. La pista de las baterías en Polonia es la última mirada al fraude estructural que vive Segalmex desde su creación en 2019 y cuyos responsables aún deben ser llevados ante la justicia.

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