Encerrados y calcinados: la muerte de decenas de migrantes en México revela la dureza de la crisis migratoria en Estados Unidos

Encerrados y calcinados: la muerte de decenas de migrantes en México revela la dureza de la crisis migratoria en Estados Unidos

La muerte de decenas de migrantes este lunes en Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos, profundiza la crisis en la frontera. Saturado desde hace años, el incendio en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (Inami), dependiente del gobierno federal, elevó el horror de las penas habituales del viaje a un nuevo nivel. Las autoridades contaron 38 muertos y decenas de heridos, todos hombres, el martes por la tarde, la peor tragedia que se recuerda en una instalación gubernamental. Las dudas sobre la actuación de los responsables marcan lo sucedido. En un video que comenzó a circular el martes, se ve a guardias del centro dejando encerrados a los migrantes, mientras las llamas y el humo se tragan la imagen.

El terror que sugiere el video, la desesperación y muerte que anticipa, chocan con las primeras reacciones del gobierno mexicano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Este martes, el mandatario señaló que los migrantes se enteraron que iban a ser deportados, cuando estaban en el centro de detención. Parte de los 68 habían sido detenidos la tarde anterior en la ciudad. Otros regresaron deportados de Estados Unidos, según informan medios locales: “Como protesta, pusieron esteras en la puerta del albergue y les prendieron fuego”, dijo el mandatario.

Esto no explica por qué los encerraron en las celdas, ni por qué los guardias no abrieron cuando vieron el fuego. ¿Por qué parece que se van? Además, deja fuera otras posibles explicaciones, apuntadas en algunos medios desde la madrugada del martes: el hambre de los migrantes, la sed… Organismos internacionales han alzado estos días la voz, empezando por Naciones Unidas, que ha exigido un «examen “Investigación de lo sucedido. Otros han sido más críticos, en el caso de Refugiados Internacional. Rachel Schmidtke, su abogada principal para la región, ha dicho: «Inami tiene una larga historia de abusos contra migrantes en México, y una mayor rendición de cuentas por esos abusos podría haber evitado esta tragedia».

Bomberos y otras autoridades trabajan para sacar a los migrantes durante el incendio ocurrido la noche del lunes en Ciudad Juárez, Estado de Chihuahua (México).
Bomberos y otras autoridades trabajan para sacar a los migrantes durante el incendio ocurrido la noche del lunes en Ciudad Juárez, Estado de Chihuahua (México).JOSÉ LUIS GONZÁLEZ (REUTERS)

América Latina vive múltiples crisis migratorias, alimentadas por la violencia, el hambre, la falta de oportunidades, el cambio climático… En los últimos cinco años, cientos de miles de ciudadanos de Venezuela, Haití, Nicaragua, Honduras o Guatemala, por citar algunos, han atravesado selvas y desiertos para intentar llegar a Estados Unidos o Canadá. No ha sido fácil. Muchos han encontrado la muerte en el camino, por la misma violencia de las mafias o por la logística criminal de traficantes y transportistas. Ahora, también, el Estado aparece como facilitador de su desgracia.

No es nada nuevo. Los dos últimos presidentes estadounidenses, Donald Trump y Joe Biden, han confiado a México parte de su política migratoria, consistente en detener a quienes llegan antes de que toquen a su puerta. México ha aceptado. En los últimos dos años, el país ha registrado cifras récord de detenciones migratorias consecutivas. En 2021 había 228.115. En 2022, 444.439. Al norte del Río Bravo, el Gobierno ha venido cerrando rutas a los migrantes, incluidos los de asilo político o humanitario, aún en confinamiento gracias a una directiva sanitaria recuperada por Trump en tiempos de la pandemia de covid-19, el título 42, que conserva Biden.

En México, las cosas han cambiado mucho en pocos años. El presidente López Obrador llegó al poder en diciembre de 2018 con un discurso transversal y humanista, que pronto chocó con las amenazas de Trump de construir un muro en la frontera. Una barrera que, dijo, pagarían los mexicanos. La batalla retórica estaba de un lado y la realidad del otro. López Obrador dijo que nadie en México pagaría por ningún muro, pero en la práctica convirtió al Inami en una barrera, apoyado por la corporación de seguridad nacida bajo su mandato, la Guardia Nacional.

Personas se manifiestan frente a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, este martes.
Personas se manifiestan frente a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, este martes.JOSÉ LUIS GONZÁLEZ (REUTERS)

La multiplicidad del Inami en tareas de vigilancia y persecución de migrantes, solos o en caravana, no ha detenido el flujo. Ella lo ha ocultado, enviándolo aún más al margen. Así, han ocurrido tragedias. En diciembre de 2021, un tráiler lleno de migrantes se estrelló en Chiapas, en el sur de México, dejando un saldo terrible: 54 muertos y más de 100 heridos. Más temprano, en febrero, una caravana de migrantes que avanzaba a pasos agigantados en Tamaulipas, en el noreste, se topó con un grupo de policías que, por una razón que aún no está clara, los abatió a balazos. Luego prendieron fuego a sus cuerpos. Tenían 17.

Pero todo lo anterior no se compara con lo que ha pasado en Ciudad Juárez, porque allí los migrantes estaban a cargo del Estado Mexicano. El Inami, que nominalmente depende del Ministerio del Interior, gestiona la estación de inmigración en el Puente Internacional Stanton-Lerdo, a menos de un kilómetro de EE.UU. Sus agentes están a cargo de las instalaciones y de los que están dentro. Hasta ahora, el instituto ha dicho que colaborará con la investigación, a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR).

Habrá que ver qué actitud adopta el Gobierno, si trata el asunto como un error puntual, protocolos no seguidos por agentes concretos, o señalamientos al sistema. La noche de este martes, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha dado alguna pista de lo que podría seguir. En un tuit, el alto funcionario dijo que “los responsables directos de los hechos han sido llevados ante la FGR”, sin dar más detalles. Al mismo tiempo, algunos medios cercanos al Gobierno han informado de avances en el trabajo de la Fiscalía, que insiste en la responsabilidad de los migrantes en el incendio.

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