/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/G5K5ISXBKBB6BMYZCBNK2V77M4.jpg)
El Título 42 será historia a partir de este viernes, pero eso no implica mayores facilidades para el ingreso a Estados Unidos. Al contrario, dice el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. “La frontera no está abierta”, subrayó este jueves en rueda de prensa en la Casa Blanca, horas antes de que caducara la medida migratoria que permitía las rápidas expulsiones de inmigrantes irregulares por motivos de covid.
“La gran mayoría de los que no cumplan con los requisitos de asilo serán expulsados” y no podrán volver a ingresar al país hasta dentro de cinco años. También correrán el riesgo de que se abra un proceso penal en su contra, señaló el secretario.
Las autoridades estadounidenses se mantienen en vilo sobre lo que pueda ocurrir cuando el Título 42 deje de aplicarse esta medianoche. La oposición republicana pronostica que más de un millón de personas intentarán cruzar la frontera en los próximos tres meses; La Cámara de Representantes, controlada por este partido, presentó este jueves un proyecto de ley con duras medidas en la frontera. Las autoridades locales de las zonas fronterizas con México advierten que los flujos diarios de migrantes hacia Estados Unidos ya se han incrementado, alcanzando ya las 10.000 personas por día.
El propio Mayorkas ha reconocido que las cifras crecen y que los centros de tramitación pueden verse desbordados: «Es imposible exagerar la presión sobre nuestro personal y nuestras instalaciones». A principios de esta semana, el presidente Joe Biden advirtió que la situación en la frontera será «caótica» por un tiempo.
Una vez que expire el Título 42, una medida que data de la era de Donald Trump en la presidencia de EE. UU., volverá a aplicar el llamado Título. 8, que estuvo vigente hasta 2020. Esta medida permite a los solicitantes de asilo permanecer en suelo estadounidense mientras se tramita su caso, pero endurece los casos en los que se admiten a trámite las solicitudes y prevé la expulsión casi inmediata de quienes no lo son. aceptado. . Según Mayorkas, las familias rechazadas serán sacadas del país en menos de treinta días.

Únete a EL PAÍS para seguir todas las novedades y leer sin límites.
suscribir
“En la primera mitad de este año fiscal hemos expulsado a más de 665.000 personas, completamos decenas de vuelos de deportación cada semana y su número sigue creciendo”, señaló. Solo este miércoles “colaboramos con el Gobierno de México para expulsar a cerca de mil venezolanos que no utilizaron las opciones legales disponibles para ingresar”.
En los últimos meses, como recuerda el gobierno estadounidense, la Administración ha acelerado el establecimiento de centros temporales para procesar a los migrantes a lo largo de la frontera. Ha establecido otros centros en Colombia y Guatemala para recibir solicitudes de asilo de migrantes de cualquier parte del mundo y ha habilitado una aplicación móvil para presentar las solicitudes necesarias. También ha establecido cupos mensuales -30.000 visas- para nacionales de determinados países que estén patrocinados por un residente en Estados Unidos, aunque el número actual es insuficiente para cubrir la demanda.
El alto funcionario atribuyó la situación actual a un sistema migratorio disfuncional que no ha enfrentado ninguna reforma significativa desde la década de 1990, siendo bloqueados todos los intentos por un Congreso cada vez más dividido. “Desde entonces, la migración ha cambiado mucho y las leyes también tienen que cambiar”, dijo Mayorkas. A la falta de adecuación del sistema, sostuvo, se suma la falta de recursos, “menos de lo que necesitamos y que hemos solicitado” pero que la Asamblea Legislativa no los ha concedido.
Refiriéndose a la descripción de Biden de una situación «caótica», Mayorkas señaló que su Departamento experimenta la transición como «un desafío». “Un reto que vamos a superar”, subrayó. El alto funcionario destacó que su Administración lleva meses preparando la respuesta al cambio migratorio. Entre otras medidas, ha recordado, ha reforzado la presencia militar ya existente en la frontera con 1.500 militares, que ahora asciende a 4.000 efectivos para apoyar a la guardia fronteriza. “Hemos hecho todo lo posible con los recursos que tenemos y los límites del sistema que tenemos”, insistió.
“Somos un país de inmigrantes y un país de leyes. Hacemos todo lo posible para hacer cumplir esas leyes de manera segura, ordenada y humana. Trabajamos con los países de la región para atender un desafío regional con soluciones regionales y, repito, exhortamos al Congreso a aprobar una reforma migratoria tremendamente necesaria”, resumió el titular de Homeland Security.
Suscríbete aquí para Boletin informativo de EL PAÍS América y recibe toda la información clave de la actualidad de la región

/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/G5K5ISXBKBB6BMYZCBNK2V77M4.jpg)