Estafas telefónicas, Cártel de Jalisco y turistas estadounidenses: las incógnitas detrás del crimen del ‘call center’

Estafas telefónicas, Cártel de Jalisco y turistas estadounidenses: las incógnitas detrás del crimen del ‘call center’

Desde el primer trabajador de la centro de llamadas En Zapopan, Jalisco, el caso de los ocho jóvenes no ha dejado más que interrogantes y algunas respuestas. La Fiscalía de Jalisco no ayuda. Las familias se enteran de los escasos avances a través de los medios de comunicación y la información que reciben está fragmentada, tiene agujeros por todos lados. “El fiscal dice que estamos siendo informados. En absoluto”, dijo este jueves a este diario Beatriz Robles, hermana de uno de los desaparecidos.

Ese mismo día, uno de los dispositivos de búsqueda organizados por las autoridades encontró restos de cuerpos en el fondo de la quebrada Huentitán, al oeste de Guadalajara, cerca de donde desaparecieron los jóvenes. El viernes revelaron que pertenecían a “algunos” de los desaparecidos, pero no especificaron quiénes ni cuántos. Las pistas sobre los perpetradores apuntan al Cartel Jalisco Nueva Generación y su reciente entrada en el negocio de las estafas telefónicas. Estas son las incógnitas sobre las que gira el delito de centro de llamadas:

los ocho que faltan

El sábado 20 de mayo fue declarado desaparecido Carlos Benjamín, un hombre de 31 años con una cicatriz en la frente y cabello corto y ondulado. Trabajó en un centro de llamadas en Zapopan, pero este detalle no pareció importante la primera vez que su familia acudió a la Fiscalía. Su hijo vivía solo y la última vez que se comunicaron el joven iba a lavar su ropa en la lavandería, le dijo al heraldo de mexico su madre, quien trató de contactar a su amiga, Itzel Abigail, de 27 años. Ella tampoco contestó, así que le dijo a la madre de Itzel. Dos días después, la declararon a ella ya su hermano, Carlos David, de 23 años, como desaparecidos. Itzel tenía varios tatuajes, unas flores en el brazo derecho y un colibrí en el antebrazo izquierdo.

Ese día también salieron las fichas de búsqueda de Jesús Alfredo Salazar y Arturo Robles, de 37 y 30 años, y Mayra Karina Velázquez, de 29 años. Ya son las seis. Sandra Anali Ramírez, de 33 años, tenía muchos lunares, según su registro, uno en la nariz, otro en el pecho y otro en la espalda. Una cicatriz en el abdomen y una quemadura en la mano izquierda. Desapareció el 29 de mayo. También trabajaba en el centro de llamadas a la que pertenecía el resto del pueblo. Los padres, preguntados por las presuntas actividades ilegales que sus hijos realizaban en ese establecimiento, han asegurado no saber nada. Sus hijos les dijeron que vendían paquetes vacacionales a extranjeros.

Cinco de los jóvenes: Jesús Alfredo Salazar, Itzel Abigail y Carlos David Valladolid (hermanos), Carlos Benjamín Cuevas y Arturo Robles.
Cinco de los jóvenes: Jesús Alfredo Salazar, Itzel Abigail y Carlos David Valladolid (hermanos), Carlos Benjamín Cuevas y Arturo Robles.RR SS

Cuando las autoridades ingresaron al local donde trabajaban los jóvenes, encontraron marihuana, sangre, planes con fines lucrativos, nombres con personas extranjeras y cables cortados. Los primeros días dejaron caer algunos comentarios respecto a las actividades que realizaban allí. No eran exactamente legales. El gobernador Enrique Alfaro reveló que le habían planteado el asunto a la Secretaría de Seguridad Pública de la Nación, que encabeza Rosa Icela Rodríguez, porque se trataba de un asunto de “crimen organizado”, aunque no nombró ningún cártel en específico. También dijo que estaban hablando con Estados Unidos, pero no dijo por qué.

Rosa Icela Rodríguez, en la conferencia matutina del presidente, dijo que “no se trata de, digamos, jóvenes que estaban en una casa donde hasta tenían permiso para trabajar aquí”. Los primeros indicios indicaban que allí se estaba realizando “algún tipo de estafa inmobiliaria y algún tipo de extorsión telefónica”. Poco después, el fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez, declaró que una de las líneas de investigación apunta a que el call center ofrecía tiempos compartidos a extranjeros, es decir, vendían estancias en casas de la costa jalisciense para vivir durante los meses de verano.

Ante el paso del tiempo y el silencio de las autoridades, los medios mexicanos sacaron a la luz un reportaje que había pasado desapercibido cuando fue publicado, a fines de abril, en el sitio web del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)

El 27 de abril, el Departamento del Tesoro publicó un informe en el que exponía una red de empresas vinculadas al CJNG, pero que se dedicaban a un negocio más prosaico que el narcotráfico: las estafas telefónicas. Una célula del grupo criminal con base en Puerto Vallarta se había especializado en un tipo muy particular de fraude telefónico: robar los ahorros de estadounidenses jubilados, haciéndoles creer que estaban comprando o rentando una casa de vacaciones en las codiciadas playas de México.

Brian Nelson, Subsecretario de Inteligencia Financiera del Departamento de Hacienda, ha destacado la importancia de esta actividad para el financiamiento del cártel en Puerto Vallarta: “El fraude de tiempo compartido de bienes para uso turístico en el área de Puerto Vallarta y en otros lugares, es una importante fuente de ingresos que sustenta la actividad delictiva general del grupo”. Eduardo Pardo Espino, mexicano de 45 años, es identificado como el cabecilla de esta trama, y ​​ha sido sancionado junto con los otros seis individuos que presuntamente estaban bajo su mando. El objetivo de estas sanciones es bloquear los bienes e intereses que las personas designadas tienen en Estados Unidos.

Equipos policiales, forenses y de rescate cerca del barranco donde se encontraron varias bolsas con restos humanos, el 30 de mayo.
Equipos policiales, forenses y de rescate cerca del barranco donde se encontraron varias bolsas con restos humanos, el 30 de mayo.ULISES RUIZ (AFP)

Los jóvenes, supuestamente, trabajaban estafando a los turistas extranjeros, vendiéndoles lo mismo que la trama descubierta por el informe: alquileres de apartamentos en la costa. La Fiscalía informó que personas que se encontraban en la zona cuando se los llevaron pudieron constatar un fuerte operativo “típico del crimen organizado”, con vehículos de gran porte y personas armadas. Con todo esto sobre la mesa, nadie ha dicho aún que estuviera, de facto, trabajando para el cartel. Se han dado los nombres de sus empleadores y de los dueños de los locales donde trabajaban, pero la Fiscalía no ha establecido ningún vínculo formal con el grupo delictivo.

Cuerpos desmembrados en un barranco

Un poco de información, y mil preguntas más. El miércoles, la Fiscalía encontró los cuerpos de seres humanos en el fondo de la quebrada Huentitán, al oeste de Guadalajara, cerca de donde desaparecieron los jóvenes. Es una zona sin apenas vegetación, de secano y con muchos desniveles. Los cuerpos desmembrados se encuentran a cuarenta metros de profundidad, en una zona de difícil acceso. El periódico Milenio Ha contado que la gente del pueblo cercano vio llegar allí unos vehículos el martes por la noche, que los perros empezaron a ladrar. Al amanecer, un olor fétido muy fuerte salía del fondo de la quebrada.

Una llamada anónima avisó a la Fiscalía y sus equipos acudieron al lugar. Descubrieron los cuerpos descuartizados, que metieron en bolsas negras hasta llegar a unos 50, que sacaron de la quebrada gracias a un helicóptero. Ante el despliegue de medios, la única pista que dieron que pudiera relacionar esos cuerpos con los ocho desaparecidos, fue que fueron encontrados en medio de un operativo de búsqueda. Nada más. Al día siguiente, este viernes, emitieron un comunicado diciendo que “algunos” de los restos tenían características que permitían identificarlos con algunos de los trabajadores desaparecidos. Hasta ahí. Ahora están a la espera del análisis forense para confirmar las identidades.

Beatriz Robles, que ya no habla con la prensa tras la última reunión con la Fiscalía, tuvo que ir varias veces hasta allí para darse cuenta de la magnitud del problema, en un Estado que acumula más desaparecidos que ningún otro desde que hay registros. “Llegas y ves que las paredes están llenas de archivos de personas desaparecidas”, relató. En un país con cifras de impunidad, violencia y desapariciones que bordean lo catastrófico, Jalisco cuenta con más desaparecidos que cualquier otro Estado: casi 15,000 desde que hay registros. La siguiente vez que la Fiscalía los llamó para darles información, otra experiencia que la enfrentó a la más dura realidad, a la de quienes, a diferencia de su hermano, no reciben la atención de los medios y las autoridades. “Nos volvieron a convocar, y estando allí conocí a un padre que tenía desaparecida a su hija de 16 años desde el sábado. Nadie hace nada por ella”.

Los equipos de rescate utilizan un helicóptero para levantar los cuerpos encontrados en el fondo del barranco, el 31 de mayo de 2023.
Los equipos de rescate utilizan un helicóptero para levantar los cuerpos encontrados en el fondo del barranco, el 31 de mayo de 2023.ULISES RUIZ (AFP)

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