La Procuraduría General de Justicia Militar ha detenido a 16 militares por los hechos de Nuevo Laredo. El 18 de mayo, un convoy militar detuvo a cinco hombres tras una persecución en una camioneta. Los hombres estaban armados. Los soldados tomaron sus pistolas y rifles y los sometieron. Minutos después, supuestamente les dispararon. Cuatro murieron instantáneamente y uno, momentos después, en el hospital. Los militares involucrados están presos desde este viernes, en la cárcel del Campo Militar Número 1-A, en la Ciudad de México.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha informado de la detención en un comunicado difundido este sábado. La agencia no ha proporcionado más detalles. No ha explicado qué delitos imputa la Fiscalía Militar a sus elementos ni cuáles son los rangos de los detenidos. Se ha limitado a decir que “las órdenes de aprehensión fueron otorgadas por el Juzgado Primero de Control de la Primera Región Militar, por presuntamente constituir delitos contrarios a la disciplina militar”.
En tanto, la Fiscalía General de la República (FGR), encargada de investigar la comisión de delitos de derecho común, como homicidio o abuso de autoridad, no se ha pronunciado al respecto. Aunque ocurrió en mayo, el caso salió a la luz esta semana, cuando EL PAÍS publicó un vídeo que recogía la parte final de la persecución, el choque del vehículo de los civiles, la llegada de los militares, la detención de los demás y, luego, su aparente ejecución. Ni entonces ni ahora la FGR ha denunciado el caso, aunque mantiene abierta una investigación al respecto.
La coreografía burocrática de declaraciones y detenciones emula a la de febrero, en otro episodio de supuesta mala praxis militar. Luego, soldados atacaron a balazos a un grupo de jóvenes, también en Nuevo Laredo, una mañana de domingo, cuando regresaban a sus casas. Los chicos, que no portaban armas, habían pasado la noche en una discoteca. Cinco murieron por los disparos, uno más resultó gravemente herido y otro, que resultó ileso, contó lo sucedido. Este último también dijo que los militares, luego del primer ataque, dispararon contra uno de sus compañeros, cuando éste bajaba de la camioneta, gravemente herido, pidiendo ayuda.
Ante lo ocurrido, la Sedena detuvo a los cuatro militares que presuntamente dispararon y los recluyó en el penal militar de la Ciudad de México. La FGR, a cargo de las investigaciones, como en los hechos de mayo, dejó que lo hiciera el instituto militar. En el comunicado de este sábado, la secretaría dice: “Estas actuaciones son independientes de la investigación que adelanta la Fiscalía General de la República, con la que colabora este Secretario de Estado, a fin de determinar las responsabilidades que correspondan en el orden federal”
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