Registro tras registro. Iberdrola cerró 2022, el año de la crisis energética, el mejor año de su historia, con un beneficio neto de 4.339 millones de euros, más de lo que proyectó hace un año (entre 4.000 y 4.200 millones) y unos 100 millones más que esperado por los analistas promedio.
Los beneficios de la eléctrica crecen en todos sus mercados excepto en España, donde caen un 19% “por las medidas regulatorias y fiscales y el incremento de costes que la compañía no ha repercutido a los clientes”. También influyó negativamente la menor generación hidroeléctrica por la sequía. La otra cara de la moneda son sus negocios en Estados Unidos y Brasil, que siguen pisando fuerte, tirando de nuevo al carro y compensando con creces tanto el parón de su actividad en su país de origen como en México, donde reconoce una “desaceleración”.
Para Iberdrola, 2022 no solo ha sido un año récord en términos de beneficios. La mayor eléctrica española también elevó su inversión hasta un nuevo récord de 10.730 millones, un 13% más. El 90% de esa cantidad se ha destinado a renovables —de las que depende el presente y el futuro de la compañía: ya cuenta con 40 gigavatios (GW) de potencia instalada en todo el mundo y otros 7,7 en construcción— ya redes. Por áreas geográficas, España copa cerca del 28% del total; el resto de mercados comunitarios (Alemania, Francia y Portugal, por citar los tres más destacados), el 10%; Estados Unidos, 25%; Latinoamérica, 20%; Reino Unido, 13%; y Australia y otros mercados más pequeños, 4%.
En las primeras etapas de la jornada, las acciones de Iberdrola cayeron algo menos del 1% en una sesión mayoritariamente bajista en el Ibex 35 español.
Más liquidez, pero también más deuda
En un momento de tipos de interés claramente al alza, Iberdrola elevó su liquidez hasta los 23.500 millones de euros, frente a los poco más de 19.500 millones de finales de 2021, una cifra suficiente para cubrir 26 meses de vencimientos de deuda sin necesidad de acudir a los mercados financieros. Este crecimiento responde, en gran medida, al flujo de caja récord obtenido en el ejercicio que acaba de finalizar, que superó los 11.100 millones.
La deuda neta, no obstante, cerró 2022 en 44.185 millones de euros, frente a los 39.360 millones de un año antes, en gran medida por el impulso inversor. Su costo financiero creció 67 puntos base (del 3,60% al 4,27%) “por el aumento de las tasas de interés, principalmente en Brasil”. Sin contar al gigante sudamericano, “la subida fue de sólo 10 puntos básicos”, según explicó el director financiero de Iberdrola en la conferencia con analistas celebrada este miércoles. La vida media de la deuda de Iberdrola ronda los seis años, superior a la media del sector.
El consejo de administración de Iberdrola propondrá a la junta general de accionistas un dividendo complementario de 0,31 euros brutos por acción. Sumado a los 0,18 euros pagados en enero, la retribución total este año será de 0,49 euros por título.
Nuevo tramo en 2023
La mejora de los resultados de Iberdrola no acabará aquí. La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán prevé que el beneficio neto aumente entre un 8% y un 10% en 2023, cifra que se mantendrá en torno al 5% una vez implantado el nuevo impuesto a los beneficios extraordinarios por parte del Gobierno español. Galán ha sido uno de los primeros ejecutivos del sector energético más beligerantes contra esa figura fiscal, que ya ha anunciado que recurrirá. “Esperamos ganar el recurso”, ha dicho Sáinz, que considera que contraviene la legislación comunitaria. La eléctrica espera tener un fallo judicial el próximo año.
Sigue toda la información de Economía y Negocio en Facebook y Gorjeoo en nuestro boletín semanal
Agenda de cinco días
Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECIBELO EN TU CORREO