
Los retrasos y aglomeraciones de decenas de viajeros la mañana de este jueves en diversas estaciones del Metro de la Ciudad de México han provocado desesperanza y críticas por parte de los usuarios. Ximena, una de las viajeras habituales del metro, ha salido temprano de la estación Santa Anita (Línea 8). «La gente se fue [del vagón]empezaron a silbar [resoplar]. Estaban como enojados mentirle [insultando] al metro”, dice la viajera, quien ha llegado tarde a sus clases en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala debido a la demora de más de 20 minutos en el trayecto.
Varios usuarios han criticado a través de las redes el desalojo de algunos vagones de la Línea 8: «Es horrible en [la parada de] Constitución, y las plataformas están llenas. La saturación que experimentan las instalaciones del metro capitalino —por el que pasan diariamente más de cinco millones de personas— ha alcanzado a varias de sus líneas. “Sí, se demoró mucho. Era en general, porque en el traspaso de la Línea Buena Vista pasaba lo mismo. En Twitter también decían que la línea estaba súper lenta”, señala la estudiante de la FES.
La situación no ha afectado a todos por igual. “Sí, tomó tiempo en Pantitlán [en la Línea 9], pero normal”, dice Edna, quien suele tomar el metro para ir a trabajar al supermercado Chedraui. Las autoridades de Metro no han informado de ningún problema a través de las redes sociales, defendiendo, en el caso de la Línea 3 (que también ha tenido algunas saturaciones), que el avance ha sido «continuo». Varios usuarios de Twitter, por otro lado, han denunciado que las aglomeraciones han provocado el cierre de puertas en la estación Indios Verdes.
El Metro de la Ciudad de México ha vivido unos meses de turbulencia. El accidente ocurrido en enero en la Línea 3 —donde murió un estudiante de 18 años y 106 resultaron heridos— reavivó la polémica por las constantes fallas que sufre el medio de transporte. La situación llevó a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a desplegar más de 6.000 agentes de la Guardia Nacional en los alrededores de las instalaciones, con el fin de poner fin a los incidentes. Desde entonces, la fuerza de seguridad ha apoyado a la Policía Bancaria e Industrial (PBI) en labores de vigilancia. A fines de marzo, Sheinbaum anunció que la Guardia Nacional se retiraría «poco a poco» de las instalaciones. La medida se justificó luego de no registrar robos de cables durante varias semanas, problema al que atribuyó las demoras en el servicio.
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