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El autor intelectual del robo en la joyería Berger, en el centro comercial Antara, ha sido detenido tras una exhaustiva investigación por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. Así lo dio a conocer este lunes Omar García Harfuch, titular de la Secretaría, en una rueda de prensa que tuvo como objetivo mostrar los avances de un robo viral, que el pasado 26 de junio pinchó la burbuja de lujo en la que se encontraba la colonia Polanco, una de las más rico de la capital, y por el cual uno de los ladrones ya había sido detenido. El caso, por la repercusión mediática que ha recibido y el lugar donde sucedieron los hechos —un centro comercial en un barrio privilegiado— ha obligado a la policía a trabajar y dar con los ladrones en tiempo récord, en un país donde hace menos de 1 % se resuelven, según la organización civil Impunidad Cero.
Hace una semana, cuatro ladrones ingresaron por separado al centro comercial, para evitar sospechas, y cuando se acercaron lo suficiente a su objetivo, dos de ellos sacaron hachas y mazos y comenzaron a golpear el vidrio de Berger, una joyería de lujo. El tercero amenazó con un arma a cualquiera que se atreviera a acercarse. Los agentes de seguridad que protegían el lugar desaparecieron del lugar y esperaron, al igual que los empleados de la tienda, a que los ladrones hicieran su trabajo. Se llevaron 15 relojes valorados en un total de 1,8 millones de pesos.
Luego de unos días, el autor intelectual del crimen, el cuarto hombre, el que conducía la camioneta que estaba estacionada en las afueras del recinto, ha sido detenido por las autoridades en la colonia Bondojito, en la colonia Gustavo A. Madero. Alcaldía, quienes utilizaron videos para identificar los vehículos utilizados en el asalto y rastrear su ubicación. La primera detención se produjo el mismo día del robo, pocas horas después. Los ladrones se dieron a la fuga en dos motos y una camioneta Ford hasta una casa de la calle Lago de Xochimilco, en la colonia Anáhuac. Marco N. fue arrestado horas después en posesión de un arma, probablemente la misma que usó para asustar a los guardias de seguridad y clientes la noche del robo.
Luego de esa detención, se realizaron dos allanamientos, dice García Harfuch, que permitieron a las autoridades asegurar el vehículo y las dos motos utilizadas en el hecho, además de los mazos y hachas que se utilizaron para romper los vidrios de Berger. Las declaraciones del primer detenido y las investigaciones policiales les condujeron a una vivienda del barrio Bondojito, a la que mantuvieron vigilada durante días, hasta que obtuvieron la orden de entrar en el domicilio y detener a Xavier N. El autor intelectual ha sido detenido esta mañana en la casa que compartía con una mujer y en la que tenía instalado un pequeño negocio de narcotráfico.
Xavier tenía antecedentes por delitos de tenencia de armas de fuego y despojo. García Harfuch está comprometido con la investigación y ha asegurado que buscan a los otros dos detenidos, mientras la Policía sigue recogiendo los testimonios del personal de la joyería y de los trabajadores de seguridad de la empresa que gestiona el centro comercial. Por el momento no parece haber ningún vínculo entre ellos y los ladrones que saltaron a la fama la semana pasada tras dar una paliza a la joyería Berger. En los videos que circularon por internet se podía ver a personas encerradas en tiendas de lujo mientras, en el piso de abajo, los ladrones se afanaban en romper los vidrios.
Al día siguiente todo volvió rápidamente a la normalidad. Una madera negra cubría la ventana volada de Berger y la gente pasaba como si fuera parte del decorado, rodeada de policías de la Secretaría de Seguridad que habían venido “como refuerzo”, y empleados de TotalSafety, la empresa que el día anterior , durante el robo, se limitó a avisar a los clientes y trabajadores de los comercios aledaños para que se refugiaran adentro y cerraran las puertas, según relataron a este diario. “La vida sigue”, dijo una joven que había llegado allí desde el barrio Guerrero. Hubo una campaña para la marca de ropa Sephora y se pintaron las uñas gratis. “Además, no es algo que pase todos los días”, dijo la joven. El resto debió pensar lo mismo, porque Antara estaba lleno de gente refinada tomando café y cuerno y familias comprando ropa en Zara y Adolfo Domínguez.
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