La recuperación de los cuerpos enterrados en la mina Sabinas se retrasa al menos hasta diciembre

La recuperación de los cuerpos de los 10 mineros sepultados en agosto pasado en el derrumbe de una carbonera en Sabinas, Coahuila, ha vuelto a sufrir un retraso. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado este jueves en su conferencia diaria ante la prensa que los equipos de rescate esperan llegar hasta los cadáveres en diciembre de este año. El primer plazo que propuso el Gobierno a los familiares de las víctimas, en agosto, fue de 6 a 11 meses. En diciembre, las autoridades anunciaron que iban a empezar a volar la mina para abrir un tajo abierto y así acceder a los restos. En ese momento, Protección Civil estimó los trabajos necesarios para llegar a las galerías subterráneas en las que se presume que están los trabajadores en seis meses.

López Obrador ha asegurado que el contingente de rescate, integrado por 283 trabajadores, ha logrado un 37,3 % de avance en su labor. En estos momentos, los trabajos se centran en reducir el agua que inunda los pozos, de los que ya se han extraído 1.136.566 metros cúbicos de líquido mediante cuatro bombas. También con explosiones controladas que han permitido alcanzar una profundidad de entre 20 y 30 metros bajo tierra, según el presidente. En el calendario que manejan los rescatistas, se espera que en julio, casi un año después del derrumbe, los primeros equipos puedan acceder a las galerías subterráneas donde quedaron atrapados los mineros. Los trabajos para exhumar los 10 cadáveres continuarán por otros cinco meses después de eso, según las estimaciones presentadas por el presidente.

El dirigente también habló en la mañana sobre Pasta de Conchos, otro accidente minero ocurrido en 2006 en el que murieron 65 mineros en una explosión de gas y 63 de los cuerpos quedaron bajo tierra. López Obrador ha sostenido que también en ese caso continúan los trabajos de recuperación: “Aún falta tiempo y van bien, vamos a cumplir, los cuerpos van a ser rescatados. Todos los gobiernos anteriores habían prometido que retirarían los cuerpos de los mineros. Lo que hemos hecho es que se pagó toda la indemnización a los familiares”. El pasado domingo, los familiares de las víctimas realizaron una protesta en la sede de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la Ciudad de México por el decimoséptimo aniversario de la tragedia con el lema: “No queremos un memorial, queremos los cuerpos de los mineros”. ”.

Para los familiares y los mineros, la CFE es la culpable oculta de cada tragedia. La organización, piedra angular de la reforma eléctrica que quiere llevar a cabo López Obrador, se nutre de los pozos de Coahuila: el 99% del carbón que alimenta sus calderas proviene de este Estado. La propia empresa Pinabete, la empresa que operaba la dañada mina Sabinas, tenía un contrato con la CFE por 75 millones de pesos. Según reveló una investigación del portal Animal Políticoel organismo público calificó la explotación como “segura” y acordó comprar todo el mineral que se extrajo de 2020 a 2024.

El 3 de agosto de 2022 colapsó el pozo Pinabete debido a una inundación masiva provocada por millones de litros de agua acumulados en la mina Las Conchas, explotación abandonada hace décadas y completamente inundada por su cercanía al río Sabinas. Aunque algunos mineros lograron escapar, 10 hombres quedaron atrapados en las galerías. Se inició un rescate contrarreloj mientras las familias aguardaban una angustiosa espera a las puertas de la finca. A fines de ese mes, López Obrador dio por muertos a los trabajadores. Las labores de rescate se convirtieron en labores de recuperación de restos humanos.

Han pasado seis meses desde entonces, el presupuesto original que ofreció el presidente para recuperar los cuerpos. El silencio reinó durante los primeros cuatro meses posteriores al accidente, hasta que en diciembre se anunciaron las explosiones para abrir la fosa. En todo este tiempo, las viudas de los 10 mineros se han enfrentado a su propia batalla: la de conseguir una pensión digna que aún no llega de la empresa El Pinabete, que prometió pagarles el salario de sus maridos por lo mínimo hasta que se realizara el rescate. completado, como documenta este periódico. En octubre dejó de llegar el dinero y aún está por determinarse la indemnización. Ahora, un nuevo plazo para llegar a los cadáveres abre un rayo de esperanza.

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