Laura Baumeister: «Los contenedores concentran lo grotescos que somos como sociedad»

Laura Baumeister: «Los contenedores concentran lo grotescos que somos como sociedad»
Laura Baumeister, directora de cine nicaragüense, en la Ciudad de México el 14 de marzo.
Laura Baumeister, directora de cine nicaragüense, en la Ciudad de México el 14 de marzo.Aggi Garduño

Laura Baumeister tuvo que chocar con una dura realidad cuando tenía 16 años. Cursaba el bachillerato con los jesuitas del colegio Centroamérica, en Managua, cuando llegó el momento de hacer trabajo social como parte de su currículo escolar. Escogió trabajar en La Chureca, un basurero enorme en la capital nicaragüense, un lugar violento y violado que los capitalinos saben de su existencia, lo necesitan, pero al que le dan la espalda. Baumeister (Managua, 39 años) viajaba los fines de semana al basurero para enseñar a leer y escribir a los niños que allí vivían. “Me impactó mucho, porque vengo de otro contexto, con gente que tiene privilegios. Lo primero que me llamó la atención fue descubrir que la capacidad de jugar, de imaginar, de soñar permanece intacta y que es un denominador común para cualquier persona independientemente de la situación socioeconómica en la que se encuentre”, dice el cineasta en una entrevista en Ciudad de México, en el pequeño y acogedor departamento donde vive con su pareja, en la colonia Roma. La imagen de esos niños jugando entre la basura, en la miseria más absoluta, en un basurero que se extiende hasta el infinito, junto a un hermoso lago, Xolotlán, la marcó y luego, como cineasta, sintió la necesidad de retratar esa realidad. . “Estos niños me llamaron la atención por su afán de conocimiento, pero también por su agilidad mental para inventar historias. Hicieron historias, chistes de una manera muy natural. Y eso se queda conmigo y el lugar se queda conmigo también”, explica Baumeister, quien ha dirigido los cortometrajes. Isabel en invierno, Fuerza bruta y Ombligo de Agua.

De esa experiencia en La Chureca nació hija de toda la rabia, una producción mexicano-nicaragüense que sigue a María, una niña que vive, trabaja y juega en el basurero. Es interpretada por Ara Alejandra Medal, quien en la vida real vive en La Chureca. María debe cuidar una camada de cachorros de pura raza que su madre atesora como única esperanza de ganar un buen dinero. El comprador es un tipo con credenciales violentas, un mafioso temible. Cuando los cachorros mueren accidentalmente, comienza el drama madre-hija. Se acabaron los juegos entre los dos, las risas, a pesar de la dureza del día a día. Lilibeth (interpretada por la actriz nicaragüense Virginia Sevilla), su madre, debe huir inexplicablemente y decide dejar a su hija en una planta de reciclaje, la única opción que tiene, donde María al menos puede encontrar un trabajo. .

Ara Alejandra Medal, en el papel de María, y Virginia Sevilla, en el papel de Lilibeth, la madre de María, en un fotograma de la película.
Ara Alejandra Medal, en el papel de María, y Virginia Sevilla, en el papel de Lilibeth, la madre de María, en un fotograma de la película.Cortesía (Imágenes de Cardón)

La niña no entiende el abandono y está inmersa en la rabia: por su condición de pobreza, por su repentina orfandad, por su soledad. Entonces decide emprender la búsqueda de su madre, que también es un camino de crecimiento. En este contexto de miseria y abandono, Baumeister también se sumerge para contar una historia muy actual: la de un mundo que ella consume de forma desenfrenada, sin prestar atención a las consecuencias de ese consumo destructivo. No solo por la gran basura que produce, sino porque se niega a ver esa realidad de millones de personas que viven en la basura y que dependen de ella. “Pensé que la película, además de hablar del drama, la historia de madre e hija, iba a abrir un espacio para una conversación más contundente sobre el impacto ambiental, pero me llama la atención que la gente no esté haciendo lo hacer clic con el tema ambiental”, lamenta el director. La película se estrenó en el festival de cine de toronto y se ha proyectado en otros 30 festivales, incluidos los de Miami, Florida; San Sebastián, en España; y Morelia, en México. También compite en el Premio Platino a la mejor ópera prima. Este año estará disponible en los cines mexicanos.

Preguntar. ¿Por qué decidiste contar la historia de María, esta niña de La Chureca?

Respuesta. Ya venía trabajando en cortometrajes sobre historias de madre e hija, de abandono, el sentimiento de abandono que creo que es algo muy personal, pero también muy generacional de mi paso por Nicaragua. En otras palabras, somos hijos de la revolución sandinista, o mejor dicho, hijos del abandono de la revolución, porque nuestros padres, por ser parte del proyecto revolucionario, nos dejaron un tanto varados a nuestra propia construcción del mundo. Entonces, el abandono es un tema personal que ya venía trabajando con esa relación primaria, pero quería ponerlo en ese contexto, porque no había podido olvidar esa experiencia que tuve en La Chureca.

q María no solo vive en un contexto difícil, sino que sufre algo tan cruel como el abandono de su madre.

r Era importante para mí darle un giro a esta idea. A veces rendirse es un acto de amor. Si, por ejemplo, soy hija de un drogadicto y esa persona decide dejarme en casa de mis abuelos, eso podría ser un acto de amor en el sentido de decir ‘vas a portarte mal conmigo’. He estado trabajando mucho en esta idea de que los padres muchas veces dejan a sus hijos porque creen que al dejarlos, ya sea por trabajo o proyectos personales, están construyendo mejores condiciones para ellos. Para Lilibeth, dejar a María está en la frontera entre el dolor que marcará a la niña por el resto de su vida, pero también porque sabe que con ella no tendrá nada, ni oportunidades, que las cosas pueden ir peor para ella. De ahí viene esta idea del abandono como acto de amor.

María tirada sobre la basura, en un fotograma de la película 'La hija de todas las rabias' (2021).
María tirada sobre la basura, en un fotograma de la película ‘La hija de todas las rabias’ (2021).Cortesía (Imágenes de Cardón)

q ¿Cómo son las relaciones en ese ambiente de vertedero de basura?

r Hay mucha competencia, porque no hay un orden que establezca quién recibe qué cuando recogen la basura. Es como la ley de la selva. Esta comunidad ha estado viviendo de la basura durante los últimos 30 años. Cuando llegan los camiones saltan todos como rapaces y hay golpes de suerte, porque pueden encontrar una cadena de oro y con esa cadena ya tienen garantizado un mes de ingresos. En otra ocasión encontraron un contenedor lleno de pollos empacados al vacío, los cuales fueron tirados porque estaban caducados, pero estaban en buenas condiciones y significó mucho para ellos, porque los podían vender en la zona. Es un entorno muy urgente.

q Y en medio de eso están niños como María.

r Acompañarán a las madres, sobre todo. La imagen es la de una mujer con muchos niños buscando en la basura. Pero también hay mucho tiempo de espera, porque los camiones llegan tarde, entonces los niños pueden encontrar una máscara que no tiene valor, pero es una máscara divertida y juegan. Tengo una secuencia muy hermosa de eso, que ya no incluí en la película. Cuando llega el camión, se quitan la máscara y se ponen en posición de caza. El juego y la búsqueda de alimento van juntos, son clave.

q La inocencia, a pesar de una terrible realidad, reclama su espacio.

r Completamente. Me afectó mucho el tema de la higiene. Cuando era niña me gustaba jugar en los charcos, pero eran los charcos de un conjunto residencial y mi abuela me gritaba que dejara de hacerlo porque me iban a entrar parásitos en el cuerpo. En La Chureca los niños juegan en charcos sucios, pero es la misma lógica.

q ¿Fue difícil trabajar con una chica de La Chureca?

r Súper duro. La verdad es que la película no podría haber sido sin ella, pero ha sido mi experiencia más difícil como directora, porque me enfrentaba todo el tiempo a esta situación en la que ella estaba mucho más interesada en lo que pasaba fuera de cámara. Le interesaban más los momentos en el hotel, la piscina, las conversaciones con el equipo, que la quería mucho, las comidas. Para ella eso era otro mundo y de eso siempre hablaba. El entrenador quien nos acompañó en la grabación me dijo que eso era lo que le pasaba a María, el personaje, que no quiere estar donde está. María está enojada porque ella está aquí y eso también le estaba pasando a la niña.

Dos recolectores en el basurero La Chureca en Managua en una fotografía de archivo.
Dos recolectores en el basurero La Chureca en Managua en una fotografía de archivo.Jan Sochor (imágenes falsas)

q El vertedero es un mundo que la gente nunca vuelve a ver. Tan terrible pobreza es tabú. La gente sabe que el basurero está ahí, pero no les importa lo que sucede adentro.

r El mundo en general no quiere ver basura. Aquí en México es lo mismo. Somos una sociedad de consumo que está produciendo una cantidad de basura que genera estos puntos, lo que yo llamo puntos salvajes, en el paisaje natural de nuestro planeta. Y damos la espalda en todo el mundo a este nivel de marginalidad.

q ¿Por qué nos das tanto disgusto?

r Siento que el basurero concentra todo lo grotesco que somos como sociedad.

Baumeister en la sala de su casa en la Ciudad de México.
Baumeister en la sala de su casa en la Ciudad de México.Aggi Garduño

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