La expansión del Puerto de Manzanillo, el más grande de México y el tercero más importante de América Latina, se encuentra en marcha con el objetivo de fortalecer la economía del país en un entorno global desafiante. Este puerto desempeña un papel crucial en la movilización de carga, representando alrededor del 42% de la carga contenerizada de México y manejando casi 4 millones de TEUs (Unidades Equivalentes a Veinte Pies) en 2024.
La actualización del puerto forma parte de un plan más extenso del gobierno de México, que pretende convertir a Manzanillo en el puerto más dinámico de América Latina, con capacidad para manejar hasta 10 millones de TEUs. Esta poderosa inversión, que suma 3,243 millones de dólares, es uno de los proyectos de infraestructura más importantes del gobierno actual y demuestra un compromiso sólido con el desarrollo económico a pesar de las tensiones comerciales en el mundo.
A pesar de los desafíos generados por la disputa comercial liderada por Estados Unidos, especialmente durante la gestión de Donald Trump, el gobierno de México conserva una perspectiva positiva sobre las relaciones comerciales internacionales. La ampliación del puerto es vista como una medida anticipada ante la inseguridad económica derivada de los impuestos aplicados por Estados Unidos, que han creado un entorno complejo para numerosos países, entre ellos México.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional recortó sus previsiones de crecimiento para varios países, entre ellos México, estimando una contracción del 0.3% en 2025. Sin embargo, las autoridades mexicanas han cuestionado estas proyecciones, argumentando que la inversión pública en infraestructura, como la ampliación del Puerto de Manzanillo, tiene el potencial de evitar una desaceleración económica. Este enfoque se complementa con el “Plan México”, una iniciativa pública-privada diseñada para impulsar la industria nacional y fortalecer el comercio exterior.
Los datos indican que, a pesar de los aranceles estadounidenses, el comercio en el Puerto de Manzanillo ha continuado en aumento. La gerente de comercialización de la terminal ha señalado que la mayoría de las importaciones que llegan a través de este puerto provienen de Asia y están destinadas principalmente a la fabricación nacional. Esto sugiere que, en este momento, los aranceles no han tenido un impacto significativo en la operación del puerto.
La ampliación del Puerto de Manzanillo no solo busca aumentar su capacidad para manejar carga contenerizada, sino también para productos de hidrocarburos, lo que lo posicionará como un punto estratégico en la logística de comercio internacional. Se espera que la obra esté finalizada para el año 2030, coincidiendo con el término del mandato de la actual administración.
Este enfoque a largo plazo muestra la seguridad del gobierno de México en la recuperación del comercio mundial y en la habilidad del país para ajustarse a las condiciones fluctuantes del mercado. La infraestructura actual y eficaz es esencial para competir a nivel global, y la expansión del puerto es un avance importante en esta dirección.