
Las autoridades de Cultura de México han incluido a su lista de monumentos históricos dos áreas con joyas arquitectónicas del siglo XVI. Se trata de la región conocida como El Oro de Hidalgo, en el Estado de México, donde aún se pueden encontrar construcciones construidas tras el descubrimiento de una importante mina de oro en 1787, que llenó de riqueza la zona. La otra región incluida en la lista es la localidad de Huichapan, en el Estado de Hidalgo, que cuenta con 150 edificios religiosos y civiles de valor histórico, construidos entre los siglos XVI y XIX. Tras este nombramiento, las autoridades esperan que se destinen fondos para garantizar la conservación de estas riquezas de la arquitectura mexicana.
Ambas áreas han sido declaradas monumentos históricos mediante un decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para garantizar “la conservación y salvaguarda de las edificaciones construidas durante los siglos XVI al XIX que se ubican en dichas localidades”. En el caso de El Oro de Hidalgo, el decreto publicado el 30 de junio de 2023, establece que la zona cuenta con 112 edificaciones de carácter religioso, civil e industrial con valor histórico, construidas durante los siglos XVIII y XIX. “El Oro es un municipio mexicano de gran riqueza cultural: durante la época prehispánica estuvo habitado por antiguos grupos mazahuas. En 1787 se descubrió una veta de oro en la Hacienda de Tultenango, conocida como Rancho el Oro, y a los pocos años de ser reportados los yacimientos, la población pasó de ser una estancia a un Real de Minas”, explicaron las autoridades de Cultura. . El auge de la localidad fue creciendo con el paso de los años, ya finales del siglo XIX “tuvo una gran importancia económica y comenzó la transformación de su forma de vivir y construir, dada la influencia de los ingleses y americanos que, además de invertir en la minería, llegaron a imprimir características de sus lugares de origen”.

En la zona se siguen apreciando las casonas construidas por las familias enriquecidas por la explotación minera, en momentos en que el auge de esta actividad generaba riqueza primero para las autoridades virreinales y luego para las empresas que se dedicaban a la explotación del oro. “Sus características reflejan una tendencia europea o americana, estilo californiano y victoriano, muchas con zonas ajardinadas aledañas; Son de una sola planta, con techos a dos aguas y a cuatro aguas, con estructuras de madera recubiertas de chapa y pórticos frontales”, informó el Ministerio de Cultura en un comunicado.
La actividad minera también está presente en esta comarca, donde aún se conservan restos de transporte de la época, como la antigua estación de ferrocarril. Entre los monumentos también se encuentra la antigua Hacienda Vieja y la mina La Providencia. “Se destacan las edificaciones construidas durante el Porfiriato, como el Palacio Municipal, el Teatro Benito Juárez, el Banco del Estado de México y el Templo Metodista de Getsemaní”, informa desde Cultura.

En el caso de Huichapan, en el estado de Hidalgo, las autoridades han decidido preservar monumentos y edificaciones de enorme valor histórico. De aquí destacan el convento de San Mateo, el Templo del Señor del Calvario, la Capilla de San Mateo, la Casa de la Cultura y la antigua Casa del Diezmo, además de la presidencia y el panteón municipal, el jardín Ignacio Zaragoza, el Parque Villagrán y la Plaza de la Campana. “Huichapan es un municipio de gran riqueza cultural, que en la época prehispánica tuvo asentamientos otomíes; posteriormente, durante el período de la invasión española, formó parte de la provincia de Xilotepec y fue nombrada cabecera, mediante Real Cédula de 26 de mayo de 1596. Durante ese período la Códice Huichapanuna de las representaciones escritas más importantes de esa época”, explican las autoridades en el comunicado del Ministerio de Cultura.
La ciudad fue también un importante enclave durante las guerras de Independencia y Reforma y en 1868 se le dio el nombre de Heroica Ciudad de los Mártires de la Libertad. Las autoridades de Cultura explican que “su arquitectura civil conserva la tipología típica de la región. Destaca su sistema constructivo de muros de adobe y piedra, con techos planos de vigas de madera, tablón o ladrillo y terraza. En el exterior, los edificios muestran vanos rebajados enmarcados con cantería labrada y protección de herrería en las ventanas. En el interior conservan un patio central o lateral, con corredores porticados y una huerta al fondo”.

Tras la designación por decreto de estas regiones como monumentos históricos, el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) será el encargado de garantizar su protección. Este es un esfuerzo enorme, dado que ha habido denuncias de trabajadores del instituto por falta de recursos, como parte de los recortes que hizo el Gobierno al sector Cultura. El tijeretazo ha afectado a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), que prepara a los futuros arqueólogos y conservadores del patrimonio del país. A fines de 2021, las autoridades informaron que se daría por terminada la contratación de personal temporal para la ENAH para 2022, lo que significa unos 350 empleados sin los cuales el centro no puede funcionar.
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