2022 fue uno de los años más oscuros para las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores). A pesar de que la reforma a la Ley de Ahorro para el Retiro aprobada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador fijó las condiciones para que los trabajadores mexicanos tengan derecho a una jubilación más digna y con mayores pensiones, las condiciones de mercado, la alta inflación y el remanente de el desempleo ensombrece el desempeño de estas entidades.
Uno de los indicadores más desalentadores fueron los retiros parciales que realizaron los mexicanos debido al desempleo. Al cierre de 2022, 1.9 millones de mexicanos disponían de 23,169 millones de pesos de fondos para el retiro, siendo el año con mayores retiros, incluso por encima de los periodos más críticos por la pandemia del coronavirus, según cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) .
En comparación con 2021, el monto que los mexicanos tenían disponible fue 5.11% mayor para poder afrontar emergencias económicas derivadas de la falta de trabajo. De acuerdo con la Ley de Sistemas de Ahorro para el Retiro, los trabajadores tienen derecho a un retiro parcial de su cuenta una vez cada cinco años, sin que esta cantidad pueda exceder el 11,5% del total manejado en su cuenta.
Este es un comportamiento extraordinario, ya que México ha registrado una recuperación en la cantidad de empleos. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en 2022 se crearon 752,748 nuevos empleos, mientras que la tasa de desempleo fue una de las más bajas al cierre de noviembre con 2.8% de la población ocupada total. Sin embargo, los sectores sin trabajo siguen utilizando sus fondos de jubilación para poder vivir en el presente, aunque puede afectar el monto de su pensión en el futuro.
Los ingresos más bajos durante un año.
Las diez entidades encargadas de administrar el ahorro para el retiro tuvieron un año gris al registrar las ganancias por inversiones más bajas desde 2013. Según la Consar, las utilidades de las Afores fueron de 5.875 millones de pesos en términos reales al cierre de 2022, una caída de 63,7% respecto a 2021. Las utilidades se han visto afectadas por el tope impuesto por la Consar a la comisión que cobran las administradoras sobre el monto ahorrado por los trabajadores, que en 2023 es de 0,566% en promedio del total del saldo administrado, mínimo histórico en los 25 años desde que fueron creados.
El límite más importante que ha puesto el regulador de las Afores es quizás sobre las comisiones a las Sociedades de Inversión de Fondos para el Retiro (Siefores), que administran exclusivamente el ahorro voluntario de los trabajadores. A partir de 2023, estos cobrarán 0.57% sobre saldos administrados. Las diez administradoras de fondos para el retiro han enfrentado un año difícil debido al tope que el gobierno mexicano ha puesto al cobro que hacen a los trabajadores por el manejo de sus ahorros.
Las inversiones realizadas por las Afores arrojaron utilidades apenas contables para los trabajadores. El sistema ha otorgado una tasa de retorno nominal anual de 10.50% y 4.68% en términos reales. Esto contrasta con la inflación anual de 7.82% con la que México cerró el año.
Adicionalmente, el entorno de incertidumbre económica, los problemas geopolíticos internacionales, así como una alta tasa de inflación a nivel mundial, provocaron que las Afores tuvieran varios periodos con pérdidas de poco más de 291.222 millones de pesos. Al cierre del año, el saldo de las más de 72 millones de cuentas registradas en el sistema fue una plusvalía de 75,7 millones de pesos.
Pero las incapacidades, aunque no fueron permanentes, le pasaron factura al Sistema de Ahorro para el Retiro. de acuerdo a un Informe Consar, el entorno negativo provocó que varios trabajadores buscaran cambiarse de Afore a través de transferencias, que sumaron más de 3 millones al cierre de 2022, porcentaje inferior en 15,7% al registrado en 2021 debido a las prohibiciones realizadas por el ente regulador. Debido a las condiciones adversas del mercado, la Consar tomó medidas para suspender las transferencias por un período de tres meses con el fin de salvaguardar los ahorros de los trabajadores.
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