¿Qué sigue para Banamex después de anunciar su salida a bolsa?
Un cajero automático de Citibanamex en la Ciudad de México.
Un cajero automático de Citibanamex en la Ciudad de México.PEDRO PARDO (AFP)

En México, los bancos son un negocio rentable. Reportan grandes ganancias. Y, sin embargo, Citi no ha podido asegurar una oferta para vender Banamex. El banco global finalmente ha optado por una oferta pública inicial (IPO) para deshacerse de la banca de consumo y la banca comercial en el país. Hasta ahora, la cifra de venta de Banamex rondaba los 7,000 millones de dólares, valoración que pretenden mejorar con la venta de acciones. La salida a bolsa está prevista para 2025, lo que deja tiempo para reconsiderarla según las circunstancias. La determinación de Citi ha roto las quinielas de los cuartos financieros que hasta el último momento del proceso optaron por un dueño único, siendo el empresario minero, Germán Larrea, uno de los nombres más firmes.

Desde la Asociación de Bancos de México (ABM), su presidente, Julio Carranza, señaló la tarde de este miércoles que respetan la decisión de Citi tras no encontrar ninguna oferta que lo satisficiera. En conferencia de prensa, Daniel Becker, uno de los postores de Banamex y miembro de la ABM, se limitó a declarar que apoya la decisión del banco global y aseguró que tener un banco público es bueno para el país porque contribuye a la transparencia y fomenta la bolsa de valores en México que desde hace años no registra la cotización de una nueva empresa.

Con la salida a bolsa, todos los inversores institucionales podrán comprar acciones del banco. Inicialmente, se espera que Citi levante al menos el 20% del capital, luego continuaría con ofertas posteriores hasta que se venda toda la institución. Benjamín Álvarez, gerente de análisis bursátil de CI Banco, explica que, con la realización de varias OPI, Citi podrá medir el apetito del mercado y el tipo de oferentes. “Puede haber una valoración ligeramente superior en una oferta pública que en una venta directa con un solo comprador, podemos encontrar valoraciones ligeramente superiores en bolsa, teniendo en cuenta que los mercados pueden estar menos presionados por una posición menos restrictiva de los bancos centrales” , predice el analista.

Mientras Citi siga teniendo más del 50% de los títulos, seguirá siendo el accionista mayoritario y, por tanto, quien toma las decisiones más importantes de la institución. Una vez perdida esta posición, será el nuevo accionista mayoritario a través del gobierno corporativo quien tomará las riendas del banco. El precio de venta por acción dependerá del valor de la empresa, sus pasivos y las condiciones del mercado. Citi planea continuar operando en México a través de su negocio de clientes institucionales y Citi Private Bank para individuos y familias de alto poder adquisitivo.

“Banamex sigue siendo una marca poderosa y con una buena estrategia recuperaría clientes fácilmente. Como negocio, el sector bancario es positivo en México”, confía Álvarez. Con la captación de capital, además, Citi pagará menos impuestos al Gobierno respecto a si hubiera sido una venta directa. “No hay una transacción de compra-venta directa que genere impuesto a la renta, no será una transacción de un solo año o día, aquí van a salir varias ventas a lo largo de dos años”, zanja un experto de CI Banco.

Jorge Sánchez Tello, consultor independiente, destaca entre las partes positivas que se desembarca una oferta pública de esta envergadura en la Bolsa Mexicana de Valores, que desde el sexenio pasado no contaba con un nuevo participante. “Al final Citi se dio cuenta que no iban a recibir lo que esperaban, tienen que evaluar que el mercado financiero en México ha cambiado, que Banamex ha ido perdiendo mercado y además ellos, Citi, se van a quedar con el corporativo banco que es muy rentable”, afirma.

Los analistas coinciden en que el ruido político que planificó durante todo el proceso de compra influyó en la decisión final de Citi. El hecho de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hiciera públicas sus recomendaciones sobre la transacción, así como su evidente enemistad con Germán Larrea, lejos de allanar el proceso, lo obstaculizaron.

Este miércoles, tras darse a conocer la noticia de la oferta pública por Banamex, López Obrador volvió a insistir en que su gobierno analice la adquisición del banco. El presidente hizo cuentas esta mañana y afirmó que hay recursos para comprar la institución. “Es un buen negocio. Sí se puede hacer, voy a hablar con el Secretario de Hacienda, lo podemos hacer”, declaró. El escenario, sin embargo, parece complejo porque tendría que ofrecer una muy buena cantidad para convencer a Citi de no salir a bolsa, o si sigue el proceso del mercado, esperar la oferta del mercado para comprar la emisión completa.

La OPI de Banamex representa un golpe a las intenciones de un puñado de grandes postores que han estado tratando de tomar el control del banco durante más de un año. Había al menos siete interesados ​​en fila, desde Banco Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, pasando por Santander y Banorte y finalmente, en la recta final, Inbursa —propiedad de Carlos Slim—, Banca Mifel propiedad de Daniel Becker y la segunda hombre más rico de México: Germán Larrea. Al final, ninguno logró convencer completamente a Citi.

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