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La sombra del crimen organizado, el lavado de dinero y la corrupción que desde 2021 pendía sobre una treintena de investigadores del entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha comenzado a desvanecerse. Un juez colegiado ha confirmado la sentencia dictada desde enero pasado por el juez Gregorio Salazar, que ordenó el archivo del proceso contra José Franco, Julia Tagüeña, Gabriela Dutrénit, Teresa de León y Marcial Bonilla, y ha ordenado que el proceso cerrarse y archivarse. Esta sentencia se deriva de un recurso de impugnación interpuesto por la Fiscalía en su afán de llevar a los implicados ante el estrado de justicia. El magistrado del tribunal colegiado ha argumentado que los hechos investigados en la carpeta no constituyen delito. El Ministerio Público ya no tiene la posibilidad de apelar.
A más de 20 meses de iniciado el controvertido proceso, el Poder Judicial ha dado la razón a los cinco investigadores que solicitaron el sobreseimiento de su caso. Este fallo representa un duro revés para la Fiscalía y para uno de los casos más controvertidos que ha tramitado desde agosto de 2021. Ese año, el Ministerio Público a cargo de Alejandro Gertz Manero solicitó órdenes de aprehensión contra los 31 investigadores del Consejo Nacional de Ciencias. y Tecnología (Conacyt) acusado de delincuencia organizada, peculado, uso indebido de facultades y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
La investigación de la Fiscalía se originó a raíz de una denuncia del Conacyt por supuestas asignaciones millonarias e irregulares entre ex miembros del Consejo y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT) —asociación que fungía como el máximo órgano consultivo de la ciencia— durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. La denuncia interpuesta por Conacyt acusa el desvío irregular de unos 240 millones de pesos. Los desencuentros entre el Conacyt y el Foro se remontan a finales de 2019, cuando el máximo organismo federal para la ciencia en México cuestionó el presupuesto otorgado a esta asociación civil y decidió dejar de entregarlo. El Foro, en ese momento dirigido por Julia Tagüeña, presentó y ganó el amparo para seguir recibiendo el presupuesto federal, sin embargo, un año después el Conacyt decidió cambiar sus estatutos internos para liberarse de la obligación de aportar recursos a este organismo.
Los cinco científicos que estuvieron en la diana han desarrollado una intensa carrera académica: Tagüeña y Dutrénit fueron coordinadores generales de la asociación, De León se desempeñó como director de comercialización de tecnología del Conacyt, Bonilla fue secretario académico del Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Potosí y el Dr. Franco presidió la Academia Mexicana de Ciencias de 2012 a 2014.
Tras meses de análisis de un expediente de más de 600 páginas, audiencias y declaraciones cruzadas entre la comunidad científica y el propio presidente de México, López Obrador, en enero pasado el juez federal Gregorio Salazar ordenó el archivo del proceso de los cinco investigadores ahora implicados. Sin embargo, días después la Fiscalía impugnó la sentencia ante un tribunal colegiado, el mismo que ahora ha confirmado la anterior resolución de exoneración a favor de los cinco investigadores. El sobreseimiento o suspensión de un proceso judicial, por falta de prueba o por otra causa, tiene los mismos efectos que una absolución, por lo que el Ministerio Público ya no puede investigarlos ni acusarlos por los mismos hechos.
El juez de control del Estado de México explicó que el Ministerio Público no presentó argumentos para demostrar la incorrección del primer fallo. “La parte recurrente de ninguna manera combatió directa y sustancialmente, como está obligada, el razonamiento principal de primera instancia”, afirmó. Entre los señalados cuyo proceso continúa se encuentra el doctor Enrique Cabrero Mendoza, director general del Conacyt entre 2013 y 2018, y Luis Mier y Terán Casanueva, exdirector general de la UAM. Sin embargo, el cierre definitivo del proceso para estos cinco científicos representa una fisura en el controvertido caso que llevó a la Fiscalía a confrontar a la comunidad científica del país.
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